La llegada del nuevo Rey. Marcos 1:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

325 – Mr 1:1 – La llegada del nuevo Rey. Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.   De los cuatro escritores de los evangélios, solo Marcos usó la palabra evangelio (euangelion) para presentar su historia del Señor Jesús. En armonía con su estilo rápido y entrecortado, Marcos inicia su relato con una breve frase introductoria: Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. El relato de Marcos acerca de la vida del Señor Jesús empieza con un lenguaje que indicaría a sus lectores que ha venido el Rey más glorioso, y que no es el César. Es más, este Monarca divino se pone a sí mismo en contra de todos los demás rivales terrenales incluso César. Él es el tema, no solo de la historia de Marcos, sino de toda la historia. ¿Y cuál es el nombre de este Rey? Marcos no pierde tiempo en declarar de quién se trata: Jesucristo, el Hijo de Dios. En este relato del evangelio de Jesucristo, Marcos está emocionado con la llegada del más grande Rey de todos los tiempos: el Monarca mesiánico que presentará su reino glorioso de salvación y marcará el inicio de una nueva era para el mundo. 1. La promesa del nuevo Rey. Mr 1:2-3 Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. Tras presentar su relato como una proclamación real del Rey divino, Marcos continúa su narración presentando al precursor del Rey: Juan el Bautista. Los monarcas terrenales en el mundo antiguo enviaban mensajeros oficiales delante de ellos a fin de preparar el camino, anunciar su llegada, y alistar al pueblo para recibirlos. Así también, la llegada del Rey divino fue precedida por un precursor real que anunció claramente la venida de Cristo. Con el fin de presentar a Juan el Bautista, Marcos hace referencia a dos profecías del AT: Mal 3:1 e Is 40:3, cada una de las cuales anunciaba el ministerio del precursor del Mesías. Declara Mal 3:1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. En este versículo, el Señor explicó que el Rey venidero, aquel delante del cual fuera enviado el precursor, es Dios mismo. La profecía sigue con una promesa de que el Señor llegaría de repente a su templo. No es casualidad que Cristo comenzara su ministerio público yendo al templo y purificándolo (Jn 2:13-22). El testimonio de la deidad de Cristo también se ve en Is 40:3, donde Isaías profetizó acerca del precursor del Mesías: “Preparad camino a Jehová” en el desierto, y “enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”. El mundo nunca había visto a un Rey como este. El Dios del universo irrumpió en la historia para brindar salvación, bendición y paz. Su llegada se había prometido desde hacía mucho tiempo, siendo precedida por un heraldo real que proclamó su venida. El nombre del Rey es Jesús, y Él es el Cristo, el Hijo de Dios. 2. Profeta del nuevo Rey. (Mr 1:4-6). El ministerio de Juan se centró en la predicación del bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados (Mr 1:4). La palabra arrepentimiento implica volverse de verdad del pecado y de sí mismo hacia Dios (1Ts 1:9). El verdadero arrepentimiento involucra una transformación de la naturaleza del individuo, a fin de que sea una obra misericordiosa de Dios (Hch 11:18; 2Ti 2:25). El fruto de esa transformación interior se ve en conducta cambiada. Así les dijo Juan el Bautista a las multitudes: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras” (Lc 3:8; Mt 3:8-9). La descripción que hace de Juan es corta y va al grano: “Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos;