Examíname oh Dios y conoce mi corazón. Salmos 139:23-24

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

467 – Sal 139:23-24 - Examíname oh Dios y conoce mi corazón. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.   David inspirado por el Espíritu Santo describe en este salmo 139 cuatro atributos de Dios: La omnisciencia, omnipresencia, omnipotencia, y santidad de Dios. El Salmo 139 es útil para quitarnos las máscaras engañadoras y las hipocresías que tantas veces estorban la comunión con Dios y la vida de la iglesia. Este Salmo 139 es muy doctrinal, notemos cómo enseña las doctrinas de Dios. No lo hace con conceptos abstractos, sino con hechos concretos de lo que significa esta verdad en la vida cotidiana. Así debemos teologizar: aplicar la enseñanza bíblica a todo aspecto de nuestra vida.   Atributo 1: La omnisciencia de Dios (Sal 139:1-6). “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.” (Sal 139:1-4). Dios conoce todas las cosas de una manera absolutamente perfecta. Dios ya conoce todo acerca de nosotros y aun el número de los cabellos que tenemos en la cabeza (Mt 10:30). Está con nosotros en cada situación, en cada prueba, nos protege, ama, dirige. Nos conoce y ama a plenitud.  Dios conoce todo, pero puede discernir nuestras necesidades más íntimas. “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.“ (He 4:13). David aconsejó a su hijo “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, Él te desechará para siempre.” (1Cr 28:9) Atributo 2: La omnipresencia de Dios (Sal 139:7-12). “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?  Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.” (Sal 139:7-10). No podemos ver a Dios, pero Él puede verno. Dios está presente en todo el universo. Dios está presente siempre en todos los lugares con la totalidad de Su ser. “Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?” (Jer 23:23-24). Atributo 3: La omnipotencia de Dios (Sal 139:13-18). “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien.” (Sal 139:13-14).  Dios no tiene límites para ejecutar su voluntad. Es todopoderoso. “porque nada hay imposible para Dios.” (Lc 1:37). Dios conoce todos mis órganos y cómo funcionan. Nos conoce desde antes de nacer. Por eso hemos de dar gracias a Dios y alabarle. Alabamos a Dios porque tanto sus obras pequeñas como las grandes son maravillosas.  “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” (Gn 17:1). “El es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.”(Job 37:23). Atributo 4: La santidad de Dios (Sal 139:19-24). “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.” (Sal 139:23-24). Significa que Dios es puro, separado totalmente del pecado. (Jer 17:9-10). La oración del salmista debe ser la nuestra siempre: Examíname… y conoce mis pensamientos…