Confia en Dios con todo tu corazón. Proverbios 3:5-6

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

486 – Pr 3:5-6 – Confia en Dios con todo tu corazón. Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.   Proverbios 3 puede dividirse utilizando la frase hijo mío, a quien se dirigen los proverbios. Hay tres veces que aparece hijo mío (Pr 3:1, 11, 21). Este capítulo trata el tema de la obediencia a la voluntad de Dios: sus mandamientos, su disciplina y su sabiduría. El proverbista enseña que la sabiduría está: 1) arraigada en la sana enseñanza (Pr 3:1-4); 2) reposa en la confianza en Dios (Pr 3:5-6), y 3) recompensa a los que obedecen (Pr 3:7-10). En tanto que la sabiduría demanda disciplina, trae profundos beneficios (Pr 3:13-18), y su importancia está clara por cuanto fue el fundamento de la creación de Dios (Pr 3:19-20). “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” (Is 26:4).   1. Cómo vivir bien (Pr 3:1-4). “Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.” (Pr 3:1-2). Uno de los beneficios de obedecer a Dios es disfrutar de salud y paz en el camino de la obediencia por fe de los mandamientos de Dios; y aunque nuestros días no sean largos en la tierra, viviremos por siempre en el cielo. Por lo tanto, “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; atalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.” (Pr 3:3-4). “Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.” (Dt 11:18-21). 2. Confiar plenamente de Dios (Pr 3:5-6). “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.” Reconócelo significa estar totalmente consciente de la presencia de Dios y en su compañía. Debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón creyendo que Él es capaz y sabio para hacer lo mejor y guiarnos por el camino eterno. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.” (Sal 139:23-24). “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.” (1Co 3:18-20). “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” (Jer 17:7-8).   3. Recompensa para los que obedecen (Pr 3:7-10). “No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.” (Pr 3:7-8). No hay mayor enemigo del temor del Señor en el corazón que la soberbia propia de nuestra sabiduría. Si perdemos la salud espiritual tendremos problemas para usar a plenitud nuestra capacidad física. Temer a Dios y apartarse del mal trae beneficios para la salud física y espiritual siendo “fortalecidos con el poder de su fuerza” (Ef 6:10) “fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia