993 - Salmos. Edificando a la familia con Dios. Sal 127:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
Kategorier:
993 – Sal 127:1-2 – Salmos. Edificando a la familia con Dios. Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño. En este Salmo se destacan tres asuntos que con frecuencia son motivo de preocupación: la vivienda, la seguridad y la familia. El salmista enseña que no vale la pena estar ansioso, pues Dios provee en todas estas áreas. No enseña la indolencia, sino la confianza en Dios. En todos los tres casos, la intención soberana de Dios es mucho más crucial para el resultado que los esfuerzos del hombre. En otro caso, es en vano todo esfuerzo del hombre. Una familia sin Dios nunca experimentará el lazo espiritual que El crea en las relaciones. Una ciudad sin Dios se devastará por la maldad y la corrupción que haya en ella. No cometa el error de dejar a Dios fuera de su vida, si lo hace, habrá vivido en vano. Haga que Dios sea su máxima prioridad y permita que Él sea el que lo edifique. “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Ap 3:20). I. La soberanía de Dios en la vida cotidiana (Sal 127:1-2). “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.” En vano trabajan… una advertencia importante para los incrédulos que quieren construir imperios financieros o casas lujosas, pero también para los cristianos que tratan de construir grandes obras de Dios sin ser guiados por Dios y sin ser llenos del Espíritu Santo. Los resultados del esfuerzo humano siempre tendrán resultados limitados, pero lo que se hace por Dios y en el poder de Él tendrá abundante fruto de valor eterno. El salmista no habla solamente de construir la casa, sino también guardarla que refiere a la seguridad. “Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.” (Sal 127:2). Este verso enseña una gran verdad para todos los que se esfuerzan sobremanera, pero se olvidan de confiar en Dios. Si confiamos en Dios para hacer nuestras actividades, “echando toda vuestra ansiedad sobre Él [Dios], porque Él tiene cuidado de vosotros.” (1Pe 5:7), entonces “a su amado dará Dios el sueño;” Dios quiere que descansemos en Él para todo, y que descansemos físicamente también “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mt 6:25-26, 33-34). II. La soberanía de Dios en la vida familiar (Sal 127:3-5). “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.” (Sal 127:3). Toda la Biblia, hace énfasis en la familia. Aquí no habla de prosperidad financiera, se da por sentado que Dios provee. En el plan de Dios, parte del gozo y la bendición del ser humano es disfrutar de su familia. A la larga los hijos son una ventaja y en el reino de Dios valen mucho. Los hijos son herencia de Dios, los heredamos de Dios y compete a los padres administrar sus vidas, guiarlos, criarlos, estimarlos, cuidarlos de acuerdo a los principios Bíblicos. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Ef 6:4). La enseñanza e instrucción de acuerdo a la Biblia debe ser toda la vida, iniciando desde niño.