990 - Salmos. Dios nuestro protector. Sal 124:7-8
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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990 – Sal 124:7-8 – Salmos. Dios nuestro protector. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros. Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra. En este Salmo 124 el salmista alaba a Dios por las pasadas liberaciones del poder de los enemigos, y expresa su confianza respecto a las futuras. ¿Se ha sentido atrapado alguna vez por situaciones abrumadoras? Con Dios, siempre hay una salida puesto que es el Creador de todo lo que existe. Ningún problema va más allá de su capacidad para resolverlo, ninguna circunstancia es demasiado difícil para El. Podemos recurrir al Creador para pedirle ayuda en momentos de necesidad, ya que está de nuestro lado. Dios nos dará la vía de escape, solo necesitamos confiar en El y buscarlo. David comparó esto a un pájaro que escapa del lazo (trampa) de los cazadores. El salmista describe con tres palabras a sus enemigos: monstruos que se lo habrían tragado (Sal 1214:3), torrentes de aguas impetuosas (Sal 124:5) y cazadores de pájaros (Sal 124:7). Pero el creador de la naturaleza también ejerce dominio sobre ella y es su socorro (Sal 124:8). I. La protección de Dios (Sal 124:1-5). “A no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel; a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres” (Sal 124:1-2). El Salmo inicia con una verdad, que Dios está por nosotros; es la misma verdad que Pablo proclama: “Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Ro 8:31). “Vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros. Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente; hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas.” (Sal 124:3-5). Las figuras recalcan la gravedad del desastre que les acechaba. Primero, un monstruo grande que viene de la mitología cananea; para el hombre era invencible. Igualmente, las aguas de las inundaciones repentinas de esos torrentes de Palestina son invencibles. Pero Dios es todopoderoso y vence todos los ataques invencibles. Dios dijo a Abraham “Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.” (Gn 17:1). Dios es todopoderoso “porque nada hay imposible para Dios.” (Lc 1:37). Los discípulos se asombraron entre sí y se preguntaron “¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, más para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.” (Mr 10:26-27). Debemos tener temor de Dios y no de los hombres: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mt 10:28). Dios promete que siempre nos ayudará por lo cual no debemos temer al hombre. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” (Is 41:10-13). “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.” (Is 57:15). II. Alabanza al Libertador (Sal 124:6-8). “Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo, y escapamos nosotros.” Escapamos nosotros. Usando la figura de escapar del cazador de aves, el salmista reconoce la protección de Dios. “Torre fuerte es el nombre de Jehová;