989 - Salmos. Ten misericordia de nosotros. Sal 123:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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989 – Sal 123:1-2 – Salmos. Ten misericordia de nosotros. A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros. Este canto gradual expresa el clamor de los creyentes que han estado sufriendo desprecio y escarnio de sus enemigos. Como en otros salmos, el cántico expresa el sentir del pueblo de Dios en muchas ocasiones. Dios está consciente de las burlas que sus hijos sufren, y siempre pueden pedirle ayuda. El Salmo no dice en qué forma se manifestará la compasión y la intervención de Dios, pero el pueblo fiel sabe que Dios escucha y puede dejar toda su vida en sus manos. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,” (2Co 1:3). “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.” (1Pe 4:14). 1. Clamor con confianza (Sal 123:1-2). A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros. El salmista empieza en primera persona, porque representa a toda la comunidad. Al principio sólo levanta la mirada a Dios; reconoce la grandeza, la majestad y el señorío de Dios. El salmista levantó sus ojos a Dios esperando que enviara su misericordia. Mientras más esperó, más clamó a Dios porque sabía que el mal y la soberbia no ofrecen ninguna ayuda, solo menosprecian a Dios. El salmista y todo el pueblo toman una actitud de humildad; aceptan su posición de siervos de Dios y confían en su ayuda. “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” (Is 26:4). “Mirar la mano del amo” es una figura gráfica de esta dependencia de Dios. La expresión, “mirar a la mano de Dios” se usa varias veces en Esdras y Nehemías (Esd 7 -8; Neh 2:8, 18). “Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios.”(Esd 7:9). “¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.” (Is 50:10). “Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.” (Sal 36:5). Confiamos en tus misericordias Dios “Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.” (Sal 63:3). 2. Clamor frente a las burlas (Sal 123:3-4). “Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros, porque estamos muy hastiados de menosprecio. Hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del menosprecio de los soberbios.” Aunque no involucre daño físico el desprecio es una persecución y una opresión. En todas las épocas los siervos de Dios lo han sufrido frente a los que no se someten al señorío divino. El pueblo pide compasión: que Dios intervenga y que haga algo para aliviarles. Hoy los opresores pueden usar los medios masivos de comunicación, redes sociales, cosa que el diablo ha aprovechado en muchos lugares. “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” (Mt 5:11-12). Para hacer peor el asunto, los que se burlan de los creyentes son los que están en holgura económica, buena salud; con frecuencia los creyentes están sufriendo alguna enfermedad, escases mientras los opresores gozan de riquezas.