986 - Salmos. Brasas de Dios para la lengua falsa. Sal 120:3-4
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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986 – Sal 120:3-4 – Salmos. Brasas de Dios para la lengua falsa. “¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa? Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.” Los Salmos 120-134, forman 15 salmos, que se les llama "salmos de los peregrinos" o "cánticos graduales o de ascenso" y comprenden "el Gran Hallel" que cantaban los peregrinos judíos en su camino de subida a Jerusalén en tres fiestas anuales que eran: 1) los panes sin levadura; 2) Pentecostés; y 3) Tabernáculos. El Salmo 120 es una queja contra la mentira y la maledicencia de la gente hostil a Dios. 1. Clamor por liberación (Sal 120:1-2). “A Jehová clamé estando en angustia, y él me respondió.” (Sal 120:1). El mejor recurso cuando uno está angustiado es clamar a Dios. “En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.” (Sal 18:6). Si mantenemos el tiempo pasado, podemos pensar que el salmista habla de una experiencia pasada para confirmar su fe en Dios en la crisis actual. “Libra mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta.” (Sal 120:2). Los salmistas hablan a menudo de la opresión que sufren por “las palabras” de los impíos. A través de la Biblia se observa la enorme importancia de lo que uno dice; puede hacer mucho bien o mucho mal. “El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha la lengua detractora.” (Pr 17:4). Pero “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.” (Pr 17:27-28). “Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios.” (Ec 9:17). 2. Recompensa de la lengua engañosa (Sal 120:3-4). “¿Qué te dará, o qué te aprovechará, oh lengua engañosa? Agudas saetas de valiente, con brasas de enebro.” (Sal 120:3-4). El enebro es una planta muy apreciada como combustible, ya que produce brasas que dan un calor muy intenso y duradero. Dios es el guerrero. A menudo las palabras mentirosas se describen como flechas, saetas disparadas o brasas de enebro encendidas; entonces, su retribución serán las flechas y brasas de Dios. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” (Pr 6:16-19). Los terrores de Dios son sus flechas; y su ira es comparada con las ascuas encendidas del enebro, que tienen un calor feroz y mantienen por mucho tiempo el fuego. Esta es la recompensa para la lengua falsa; porque todo el que ama y hace mentiras, tendrá su porción en el lago que hierve eternamente. “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” (Ap 21:8). En la ciudad celestial “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.” (Ap 21:27) 3. Lamento por vivir entre los engañosos (Sal 120:5-7). “¡Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar! Mucho tiempo ha morado mi alma con los que aborrecen la paz. Yo soy pacífico; mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.” Mesec y Cedar. Representan los pueblos gentiles o paganos que no adoraban al Dios verdadero, pueblos dominados por la agresividad y la mentira. Los que no conocen a Dios se caracterizan por la violencia y el engaño, aborrecen la paz. De modo que alguien pacífico les molesta. Vayamos siempre en pos de la paz y la santidad luchando por vencer con el bien el mal como enseña el apóstol Pablo “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.