979 - Salmos. Bendiciones por la obediencia. Sal 119:1-2

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

979 – Sal 119:1-2 – Salmos. Bendiciones por la obediencia. Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan; El Salmo 119 es el capítulo más grande de la Biblia con 176 versos. No hay título para este Salmo, ni se menciona al autor del mismo. Algunos dicen que fue David quien escribió este salmo otros dicen que quizás Esdras lo escribió después de la reconstrucción del templo como una meditación repetitiva acerca de la belleza de la Palabra de Dios y de la forma en que nos ayuda a permanecer puros y a crecer en la fe. Este Salmo es llamado el “Alfabeto del amor divino”, el “Paraíso de todas las doctrinas”, el “Almacén del Espíritu Santo”, la “Escuela de la verdad”; también el profundo misterio de las Escrituras, en que toda la disciplina moral de todas las virtudes brilla resplandeciente. J. P. Palanterius. Otros llaman este Salmo 119 como “El abc de oro de la palabra de Dios.” Comentario Siglo XXI. Este salmo tiene veintidós secciones, estrofas (22) estructuradas con esmero. Es el arreglo acróstico (orden alfabético) más grande del Salterio. Cada estrofa representa una letra del alfabeto hebreo. El Salmo 119 no parece tener relación alguna a ocasión o interés particular de la Iglesia o nación judaicas; pero evidentemente fue “destinado como manual de pensamientos, para la instrucción principalmente de los jóvenes; y su distintiva estructura fue adoptada para facilitar el estudio y el recuerdo del idioma hebreo”. El salmo 119 es principalmente una colección de oraciones y meditaciones en la palabra de Dios, a la que se hace referencia usando diez sinónimos. Cada verso contiene una referencia a la ley de Jehová, o un sinónimo, con la excepción de dos versos: Salmo 119:122, 132. Los diez sinónimos usados para referirse a la palabra de Dios son: Ley, palabra, dichos, mandamientos, estatutos, juicios, preceptos, testimonios, camino, y senda. A. Bendiciones de la obediencia (Sal 119:1-8). La primera letra del alfabeto hebreo es Álef: se nombra cabeza de buey (A mayúscula al revés, pictografía) simbolizando el poder y la fuerza. Álef es además la letra con la que comienza la palabra “Elohím” para referirse a la plenitud de Dios. Representa al valor numérico 1. Si leemos Álef de atrás hacia adelante, el resultado es: Péle. Péle significa: "maravilla, admirable". Este término también tiene una connotación de divinidad. Sal 119:1-8. El salmista se deleitaba en el hecho de que, quienes andan, viven de todo corazón en obediencia a la ley, son bienaventurados (Sal 119:1–3). Esto lo motivó a desear ser más obediente a los mandamientos y a seguir las leyes divinas (Sal 119:4–6). Así que el salmista promete dar gracias a medida que aprendía más de los estatutos de Dios (Sal 119:7–8). La repetición de bienaventurados en el Sal 119:1-2 recalca su importancia. Así como el salmista inicia el Salmo, así debemos empezar cada día los creyentes, buscando a Dios, usando su Palabra. “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1Pe 2:2). B. Limpieza por la palabra de Dios (Sal 119:9–16). La segunda letra del alfabeto hebreo es la: Bet. Los judíos dicen que, a diferencia de la Álef, que no suena (pues es como nuestra H), la Bet sí tiene sonido, y ese sonido es poderoso. La Torá comienza con esta letra: “En el comienzo”, que en hebreo se lee: “Bereshít”. Sal 119:9. El salmista declaró que una persona limpia su camino (conducta) obedeciendo la palabra de Dios. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” (Sal 119:9). Es la pregunta más importante que podemos hacernos, y el mejor tiempo de hacerla es cuando se es joven. ¿Joven qué debemos hacer: Para vivir en santidad, agradando a Dios, resistiendo las tentaciones del mundo? Guardar significa obedecer. Alimentarse con la palabra de Dios cada día. Cómo vamos a resistir las tentaciones