978 - Salmos. Para siempre es su misericordia. Sal 118:1
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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978 – Sal 118:1- Salmos. Para siempre es su misericordia. Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. Este es el último salmo del Hallel egipcio (Sal 113-118) que fueron cantados en la Pascua. El salmo 118, junto con el Sal 110, es mesiánico y por ello el más citado en el NT (Mt 21:9, 42; 23:39; Mr 11:9-10; 12:10-11; Lc 13:35; 19:38; 20:17; Jn 12:13; Hch 4:11; He 13:6; 1Pe 2:7). No se identifican ni el autor ni las circunstancias específicas del salmo. Se proponen dos posibilidades: 1) Se escribió durante la época de Moisés, en el éxodo, o 2) fue escrito algún tiempo después que los judíos regresaran a Jerusalén desde el exilio. Probablemente fue lo primero, debido a 1) la naturaleza del Hallel egipcio (Sal 113-118); 2) su uso por la comunidad judía, especialmente en la Pascua; 3) la estrecha semejanza con la experiencia de Moisés en el Éx 4:1-31) la notable semejanza en lenguaje (Sal 118:14 con Éx 15:2; Sal 118:15-16 con Éx 15:6, 12; Sal 118:28 con Éx 15:2), y 5) el sentido específicamente mesiánico en relación con la redención llevada a cabo por Cristo nuestra Pascua (1Co 5:7). Este era el salmo favorito de Martín Lutero. Es un testimonio poderoso de la fuerza de la fe dada por la misericordia de Dios y probada y forjada en la lucha contra los enemigos de Dios y la experiencia de sus maravillosas respuestas a sus oraciones. 1. Invitación a la alabanza (Sal 118:1-4). Alabad a Jehová, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. Alabad combina la idea de alabar y dar gracias, es alabar con gratitud. La razón por la alabanza se da vez tras vez en los salmos: el amor o la misericordia de Dios. La repetición sirve para enfatizar esta gran misericordia de Dios. Se nombra a Israel, la casa de Aarón y a los que temen a Jehová lo mismo que en el Sal 115:9-11. El rey Josafat animo al pueblo diciendo “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. Allí bendijeron a Jehová, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca (2Cr 20:20-26). 2. Testimonios de liberación (Sal 118:5-13) “Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Jehová está conmigo entre los que me ayudan; por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.” (Sal 118:6-7). El temor a los hombres disminuye en proporción directa con la comprensión de la grandeza y la misericordia de Dios. Mejor es refugiarse en Jehová que confiar en los poderosos (Sal 118:8-9). 3. Canto de gratitud (Sal 118:14-18) “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas. La diestra de Jehová es sublime; La diestra de Jehová hace valentías.” (Sal 118:15-16). Es el testimonio del salmista que toda la congregación hace suyo. “Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo.” (Ex 15:6). 4. Entrada solemne y victoriosa (Sal 118:19-26) “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo” (Sal 118:22). Jesús se refirió a este verso cuando habló del rechazo de su pueblo (Mt 21:42; Mr 12:10-11; Lc 20:17). El apóstol Pablo y Pedro también lo citan (Ro 9:33; Ef 2:20; 1Pe 2:6-8). Otros pasajes como Is 28:16 ayudaron a los judíos a ver un sentido mesiánico en esta figura. “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él. Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el nombre de Jehová;” (Sal 118:24-26). Este pasaje tiene significado mesiánico, pues es lo que cantaba la gente en la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, el domingo que inicia la semana santa.