967 - Salmos. Dios nuestro libertador. Sal 107:13-14
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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967 – Sal 107:13-14 – Salmos. Dios nuestro libertador. Luego que clamaron a Jehová en su angustia, los libró de sus aflicciones; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones. El Salmo 107 empieza el libro V y último libro del Salterio. Este Libro contiene varias colecciones: dos colecciones de salmos de David (Sal 108-110 y 138-145), quince cánticos graduales (Sal 120-134), cinco salmos “Hallel, en hebreo Alabanza”, al final (Sal 146-150) y el “Hallel egipcio” (Sal 113-118) que fue usado en la Pascua. Se le llama Hallel egipcio por el inicio del Sal 114:1 Cuando salió Israel de Egipto. El Salmo enseña que Dios en su providencia cuida a los suyos, escucha su oración, y los liberta de la aflicción. Los acontecimientos históricos no dependen de la suerte; Dios es soberano, tanto en el juicio sobre el pecado como en su misericordia hacia los que claman a él. Luego de la introducción con la alabanza a Dios (Sal 107:1-3), el salmo 107 desarrolla dos temas principales: T1) alabar a Dios por su continua liberación (Sal 107:4-32), y T2) recordar la respuesta de Dios a la obediencia / desobediencia del hombre (Sa 107:33-42). En el primer tema, el autor destaca cuatro ilustraciones de crisis humanas y cómo Dios redime, da libertad a su pueblo de cada una. Las cuatro crisis explicadas son: la soledad del camino perdido, (vv. 4-9); la opresión, atrapados en oscuridad, (vv. 10-16); enfermedad, (vv. 17-22); y abatidos por la tormenta, (vv. 23-32). No importa cuán extrema sea nuestra dificultad, Dios puede irrumpir en ella para ayudarnos y darnos libertad. Dios es misericordioso, bondadoso, y libertador de los afligidos. “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (Sal 18:2). I. Regocijémonos alabando a nuestro libertador (Sal 107:1-3). “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo”. Dios no solo es misericordioso, bondadoso con su pueblo, también da libertad de toda opresión del enemigo. Jesucristo afirma “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Jn 8:34,36). II. La causa de regocijo: La liberación (Sal 107:4-32). Regocijo por ser libertados de la soledad del camino perdido (vv. 4-9). “Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos.” (Sal 107:4-5). Es la condición espiritual y social de muchas personas. Solo Dios los puede libertar, guiarlos a puerto seguro. “Entonces clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones.” (Sal 107:6). Dios y solo Dios puede dar libertad al alma afligida, sedienta, desfallecida “Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta.” (Sal 107:9). Regocijo por ser libertados de la opresión del enemigo, después de estar atrapados en la oscuridad (vv.10-16). “Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros, por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo.” (Sal 107:10-11). La liberación que Dios da consiste en romper las cadenas y librar al prisionero de las tinieblas de la prisión. “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” (Col 1:13-14). Dios no solo nos da libertad, nos hace reyes, sacerdotes, nación santa (1Pe 2:9). Regocijo por ser sanados de la enfermedad (vv. 17-22). “Fueron afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades; su alma abominó todo alimento, y llegaron hasta las puertas de la muerte.” (Sal 107:17-18). En este caso, están enfermos por ser rebeldes; no es la