965 - Salmos. Los privilegios del pueblo de Dios. Sal 105:1-2

965 – Sal 105:1-2 – Salmos. Los privilegios del pueblo de Dios. Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas. Este es un salmo histórico porque relata a grandes rasgos la historia de Israel desde los tiempos de Abraham hasta la entrada a la tierra prometida. Otros salmos históricos son los Salmos 78, 106 y 136. El objetivo de este himno histórico es instar al pueblo a la alabanza, a la obediencia y a la búsqueda de Jehová y su poder. Este mismo Dios es fiel hoy, y quiere seguir haciendo maravillas en y a través de su pueblo. Los versos del Sal 105:1-15 se repiten en 1Cr 16:8-22 con pequeñas variaciones. La fe bíblica es una fe histórica; está ligada a actos específicos de Dios en la historia (el Ilamado de Abraham, el éxodo, la muerte y resurrección de Cristo). Por lo tanto, este énfasis en los grandes hechos de Dios es parte íntegra de la fe y la alabanza del pueblo de Dios. I. Privilegios del creyente (Sal 105:1-4). En estos versos del Sal 105:1-4 indican siete privilegios de los creyentes: P1. Exaltar a Dios. “Alabad a Jehová” (Sal 105:1a). Alabamos, exaltamos, adoramos a Dios por haber recibido un gran favor. “¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2Co 9:15). P2. Invocable. “Invocad su nombre.” (Sal 105:1b). Libertad de acceder a Él y de invocar su propio Nombre: éste es un privilegio mayor, mucho mayor, de lo que podemos llegar a pensar. (Jn 14:14). P3. Obrar para Él. “Dad a conocer sus obras en los pueblos.” (Sal 105:1c). Sus poderosas obras de gracia, en Cristo Jesús, son bien dignas de ser dadas a conocer. El pueblo perece por falta de conocimiento. Predica la Palabra. P4. Cantar a Él. “Cantadle, cantadle salmos.” (Sal 105:2a). Sí, levantad la voz, y vitoread al Señor, que ha hecho tan grandes cosas por nosotros. En el cielo, con voz de trueno, los arpistas tañen sus arpas (Ap 14:12). Digno es el Cordero de recibir alabanzas de nuestros corazones y labios. P5. Meditar acerca de Él. “Hablad de todas sus maravillas que Él ha hecho.” (Sal 105:2b). Hay tiempo para hablar, y tiempo para cantar, pero debe haber también tiempo para pensar. “fue escrito libro de memoria delante de ÉL para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.” (Mal 3:16). P6. Gloriándonos en Él. “Gloriaros en su santo nombre.” (Sal 105:3a). Gloriarse en su Nombre es gloriarse en Él mismo. Bien podemos gloriarnos en Dios, que es todo glorioso en Sí mismo, y su gracia y “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”(Ro 5:5). P7. Testificando de Él. “Buscad a Jehová y su poder; buscad siempre su rostro.” (Sal 105:4). Aquellos que han visto su bendito rostro en Jesucristo no pueden más que llevar a otros a buscarlo. Su rostro es su favor, y vale la pena buscarlo, porque es para “siempre”. El Señor con su poder salvador es la necesidad clamorosa del alma humana. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.” (Is 55:6). “En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” (Sal 16:11). Si parece que Dios está muy lejos, persista en su búsqueda. Dios recompensa a quienes lo buscan con sinceridad (He 11:6). Jesús prometió: "Buscad, y hallaréis" (Mt 7:7). II. El recuerdo de las obras de Dios por Israel (Sal 105:5-6). “Acordaos de las maravillas que Él ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca, Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos.” El salmista destaca, la fidelidad de Dios a sus promesas, y los favores concedidos a su pueblo. Es un privilegio recordar lo que Dios ha hecho por nosotros y poder decir con gozo “Ebenezer, Hasta aquí nos ayudó Jehová.” (1Sa 7:12). A través de Cristo somos bendecidos con la bendición dada a Abraham “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.” (Gá 3:7,9).