960 - Salmos. Principios de la adoración a Dios. Sal 100:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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960 – Sal 100:1-2 – Salmos. Principios de la adoración a Dios. Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Este conocido salmo, que resalta la naturaleza universal del reinado de Dios, es una bendición para la serie de salmos que se ocupan del gobierno del Señor en el reino (Sal 93; 95; 96; 97; 98; 99; 100). La mayor parte del mismo es un llamamiento a la alabanza y a la acción de gracias, mientras que los Sal 100:3 y Sal 100:5 dan las razones para este culto. El salmo 100 tiene que ver con la vida de oración y también nos instruye en la adoración espiritual. Contiene siete (7) verbos imperativos (principios, mandamientos, instrucciones) para la adoración. P1. Cantad (Sal 100:1): Alegres a Dios. Acercarnos a Dios con acción de gracias. Por lo que ha hecho y hará en nosotros y por nosotros. ¿Quiénes? Los creyentes. (Sal 95:1) P2. Servid (Sal 100:2): A Dios con alegría. La alabanza es más que cantar. Aprender a perdonar a los que te ofenden durante el servicio a Dios. (Dt 11:13) Reproche de Dios (Dt 28:47; Mal 1:7, 12). El servicio a Dios es gozoso cuando sus siervos son santos y están preparados esperando su venida por la iglesia. “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección [santidad], éste me servirá.” (Sal 101:6). P3. Venid (Sal 100:2b): Ante su presencia, con regocijo. Hace énfasis a la exaltación única a Dios. Cantos que la letra sea más dedicada a exaltar los atributos de Dios. Desde el año 2000 en adelante se han eliminado los nombres y atributos de Dios de las alabanzas. Jesucristo debe ser el centro de nuestra adoración. Juan se equivocó y postró a un ángel (Apocalipsis 19:10) P4. Reconoced (Sal 100:3a): Jehová es Dios. Él nos hizo. Él es soberano. La gloria es para Él. La adoración es para Él. La adoración para Dios debe ser en espíritu y en verdad (Jn 4:24). En espíritu: Es necesario haber nacido de nuevo. En Verdad: Conforme a la Palabra de Dios. “Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.” (Sal 100:3b). Con respecto a nuestro carácter, somos hechura suya, creados en Cristo Jesús (Ef 2:10). Con respecto a nuestra seguridad y provisión, somos ovejas de su prado (Jn 10:27-28). P5. Entrad (Sal 100:4a): Por las puertas y atrios con acción de gracias y alabanza. El verbo tiene el significado de entrar a la presencia de Dios con algo en nuestras manos: acción de gracias. La gratitud es la actitud que estima y corresponde al favor recibido (He 12:28). Algunos no glorifican a Dios con su espíritu orgulloso (Ro 1:21-22). Demos gracias a Dios en todo: condición, tiempo, situación (Ef 5:20; Fil 4:6-7; Col 2:7; 1Ts 5:18; He 10:22). “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (He 4:16). P6. Alabadle (Sal 100:4b): Alabar, confesar, agradecer a Dios. En hebreo significa también reconocer que somos pecadores y confesar nuestros pecados. Exalta la santidad de Dios. (1Jn 1:7-9; 2:1). P7. Bendecid (Sal 100:4c): Bendecir el nombre de Dios. Arrodillarse en un acto de adoración a Dios. Finaliza en un acto de llevarnos a arrodillarnos delante de Dios. Los nombres de Dios enseñan sus atributos, perfecciones. Así como hay insondables profundidades de riquezas en la Naturaleza, así también hay insondables profundidades de riqueza espiritual en su nombre. Su nombre es Admirable. Su Nombre es Torre Fuerte, Roca eterna. El Santo de Israel. Conocer su nombre es confiar en Él. “Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.” (Sal 95:6). “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.”(Sal 103:1-2).