959 - Salmos. Dios reina y es santo. Sal 99:1-2

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

959 – Sal 99:1-2 – Salmos. Dios reina y es santo. Jehová reina; temblarán los pueblos. El está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra. Jehová en Sion es grande, y exaltado sobre todos los pueblos. El tema de este salmo se resume en su última frase: “Jehová nuestro Dios es santo” (Sal 99:9). El salmista alienta a la alabanza al rey por su santidad (Sal 99:3, 5, 9), que es la total separación del ser de Dios de todas las criaturas y cosas, así como su separación moral del pecado. El salmista exalta también en la verdad de que un Dios tan santo haya tenido una entrañable relación de salvación con Israel a lo largo de la historia de la nación (Sal 99:6-9). “Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.” (Ez 38:23). 1. Jehová, rey sobre todo, es santo (Sal 99:1-3). “Jehová reina; temblarán los pueblos. El está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra. Jehová en Sion es grande, y exaltado sobre todos los pueblos.” (Sal 99:1-2). La santidad de Dios es alabada como expresada en su dominio universal. ¡Jehová reina...! es una declaración importante. Antes, en los Salmos 96-98, el pueblo es llamado a regocijarse, aquí debe temblar. Jehová es grande en Sion. Es rey sobre todo el universo, pero ¡qué privilegio de ser parte de su pueblo especial! ¿Qué implica esto para nosotros? He 12:22-24 da una aplicación: Os habéis acercado al monte Sion… a la Jerusalén celestial… a la asamblea de los primogénitos… a Jesús el mediador del nuevo pacto… Dios reina en todo el mundo, pero ha obrado de manera especial en su propio pueblo. Fue así en Israel, y es así en su iglesia, hoy. “Alaben tu nombre grande y temible; El es santo.” (Sal 99:3). El énfasis del Salmo está en la santidad de Dios. El Dios de la Biblia no es caprichoso; es fiel y puro, podemos confiar en Él. “Por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” (Is 6:2-3). El único atributo de Dios que se repite tres veces en la Biblia es la santidad de Dios. Para el judío repetir dos veces era algo de suma importancia, hacerlo tres veces era extremadamente prioritario. 2. Jehová, rey justo, es santo (Sal 99:4-5). “Y la gloria del rey ama el juicio; Tú confirmas la rectitud; Tú has hecho en Jacob juicio y justicia. Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; El es santo.” Este segundo párrafo celebra la santidad de Dios manifestada en su reino justo en Israel. Tantas veces el poder corrompe, pero aquí el poder y la justicia van unidos. A través de la Biblia vemos un fuerte énfasis sobre el derecho y la justicia en la sociedad. El énfasis en la santidad cabe bien con la insistencia en la justicia. Según la Biblia, no podemos hablar de una vida santa si descuidamos la justicia. “No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro” (1Sa 2:2). Por lo tanto, “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1Pe 1:14-16). 3. Jehová revela su justicia y santidad (Sal 99:6-9). “Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaron su nombre; Invocaban a Jehová, y él les respondía.” (Sal 99:6). Moisés, Aarón, Samuel, Invocaban a Jehová, y Él les respondía. Los grandes hombres y mujeres de Dios siempre son personas de mucha oración. Aquí vemos un diálogo con Dios; le invocaban y él les respondía. Además, ellos guardaban sus testimonios (Sal 99:7), es decir, obedecieron. “Jehová Dios nuestro, tú les respondías; Les fuiste un Dios perdonador, y retribuidor de sus obras.”