949 - Salmos. Gracias Dios por tu fidelidad. Sal 89:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
Kategorier:
949 – Sal 89:1-2 – Salmos. Gracias Dios por tu fidelidad. Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; en los cielos mismos afirmarás tu verdad. El Salmo surge de un tiempo de crisis en la monarquía davídica. En el Sal 89:38-51 se pregunta, si Dios ha prometido un reino perpetuo a la línea davídica, ¿porque está cayendo? El salmista mantiene una fe profunda en Dios, cree sus promesas, pero parece que Dios las ha abandonado; no entiende cómo Dios está actuando en el mundo. En el Salmo no se resuelve el dilema, pero el salmista sigue firme en su fe. Dios prometió a David “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.” (2Sa 7:16). Los creyentes debemos conocer que el pacto Davídico continua con la venida de Jesucristo al establecer un nuevo pacto, y que vendrá por segunda vez para establecer el reino milenial, donde las promesas a David se cumplirán en Jesucristo. “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él [Cristo] reinará por los siglos de los siglos.” (Ap 11:15). 1. Un pacto perpetuo (Sal 89:1-4). Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca. Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; en los cielos mismos afirmarás tu verdad. (Sal 89:1-2). El salmista está seguro de que las promesas de Dios durarán para siempre, de modo que él también alabará a Dios para siempre. Todo el salmo pone énfasis en el hecho que Dios había dicho que el pacto davídico era para siempre. “Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Sal 89:3-4). Desde el inicio el Salmo se basa en las promesas a David, el pacto davídico que se encuentra en el mensaje profético de Natán a David en 2Sa 7:12-16. 2. Dios es rey soberano (Sal 89:5-18). El salmista presenta una larga sección de alabanza a Dios por su majestad (Sal 89:5-8) “Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea.” (Sal 89:8). La fidelidad de Dios se resalta siete veces en el Sal 89:1, 2, 5, 8, 24, 33 y 49. En el Sal 89:9-13 se alaba a Dios porque es Señor de todo, y en el Sal 89:14-18 se alaba a Dios porque es santo y justo. Por lo tanto, es muy feliz el pueblo que sabe alabar a Dios; tendrá las bendiciones de ser: B1. Feliz: Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo [Gloria a Dios. Aleluya] (v.15). B2. Luz: Andarán a la luz de tu rostro (v. 15). B3. Gozoso: En tu nombre se alegrarán todo el día (v.16). B4. Dar testimonio: Y en tu justicia serán enaltecidos (v.16). B5. Privilegiado: Porque tú eres la gloria de su poder (v. 17). B6. Inteligente: Y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío (v. 17). B7. Fuerte: Porque Jehová es nuestro escudo, y nuestro rey es el Santo de Israel. (v. 18). 3. Descripción del pacto (Sal 89:19-37). En los Sal 89:19-37 el salmista da una larga explicación exegética del pacto cuya base teológica está en 2Sa 7:12-16. La primera parte de esta sección (vv. 19-27) habla de la elección y unción de David como rey (1Sa 13:14; 16:1-13). El apóstol Pablo cita el Sal 89:20 diciendo “Quitado éste [el rey Saúl] les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel” (Hch 13:22-23). La segunda parte (vv. 28-37) recuerda las promesas a David, cumplidas en la muerte y resurrección de Jesucristo. “El me clamará: Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito,