945 - Salmos. Dios aviva tu pueblo. Sal 85:6
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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945 – Sal 85:6 – Salmos. Dios aviva a tu pueblo. ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? El salmista pedía a Dios que renovara a su pueblo. Dios es capaz de renovar a las iglesias y a los individuos. Puede derramar su amor sobre nosotros, nos puede hacer que lo volvamos a amar. Si usted necesita un avivamiento en su iglesia, en su familia o en su vida espiritual, pida a Dios que le dé un toque fresco de su amor. Aunque Dios juzga, Él es fiel a sus promesas. Los sentimientos que se expresan en este salmo pueden describir los de los judíos que regresaron del exilio en Babilonia. Aunque estaban llenos de gratitud por su restauración a su tierra, se sentían decepcionados al ver que las condiciones no concordaban con la gloria de la vida anterior al exilio (Esd 3:12-13). “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.” (Is 60:1). 1. Misericordia en el pasado (Sal 85:1-3). Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; volviste la cautividad de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; todos los pecados de ellos cubriste. Reprimiste todo tu enojo; Te apartaste del ardor de tu ira. El pueblo reconoce que Dios ha hecho grandes cosas y los ha restaurado. Los seres humanos somos pecadores. El pueblo de Dios sufre a menudo por desobedecer a Dios. Una parte principal de la restauración en el pasado ha sido el perdón de los pecados. Normalmente es la iniquidad, la desobediencia, el pecado lo que hace necesario un avivamiento del pueblo de Dios. Toda restauración empieza con el reconocimiento de los pecados, el arrepentimiento y la sumisión a Dios. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hch 3:19). 2. La necesidad ahora (Sal 85:4-7). “Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación? ¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación.” La necesidad de un avivamientos es evidente siempre que haya frialdad, desaliento y ausencia de fruto. Pero, a pesar de la alabanza por la restauración que Dios ha hecho, surge otra crisis. Cuando hay tiempos de renovación en el pueblo de Dios, el enemigo hará todo lo posible para traer problemas. El Salmo no explica cuál es la crisis. ¿No volverás a darnos vida? es un pedido por avivamiento. Vivificar significa eliminar lo que impide la bendición de Dios. Cuando el pueblo de Dios pide avivamiento, está pidiendo a Dios que le quite todo que impida este avivamiento. Muéstranos… concédenos; peticiones directas a Dios. La historia de la iglesia indica que los avivamientos especiales se han dado porque algunos creyentes se han unido y orado con persistencia por ese avivamiento. “La oración eficaz del justo puede mucho.” (Stg 5:17). La fuente del avivamiento es Dios con su Espíritu Santo el que da vida. Ninguna estrategia humana traerá avivamiento a la iglesia “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.” (Hch 9:31). 3. Confianza (Sal 85:8-9). “Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.” (Sal 85:8). La confianza del salmista se expresa con el escuchar. Está seguro de que Dios hablará, y cuando Dios habla, suceden cosas. Entonces, está dispuesto a estar quieto, atento, y esperar la respuesta de Dios. Está seguro de que Él hablará paz a su pueblo. La paz de Dios significa bienestar que incluye el amor, la verdad y fidelidad, la justicia, la prosperidad y la gloria de Dios. “Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.” (Sal 85:9).