940 - Salmos. Restáuranos Dios. Sal 80:3-4.

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

940 – Sal 80:3-4 – Salmos. Restáuranos Dios. Oh Dios, restáuranos; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? Este Salmo es una oración para que Dios cambie la situación de su pueblo. El salmista reconocía que el pueblo de Dios se había apartado apostatando de la fe en Dios. De modo que ruega a Dios que actúe y que restaure a su pueblo con sus misericordias y bendiciones. En nuestro mundo de decadencia moral cuando la iglesia misma necesita avivamiento, podemos y debemos clamar a Dios con estas mismas peticiones. Tres veces el escritor llama a Dios para que los "restaure". Antes de la restauración debe venir el arrepentimiento, un cambio de actitud respecto a nuestros pecados. El arrepentimiento demanda que nos humillemos y volvamos a Dios para recibir su perdón. Para que Dios sane la tierra y haya avivamiento es necesario que la iglesia, el pueblo de Dios, obedezca Su palabra, entonces se cumplirá la promesa “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2Cr 7:14). 1. Se reconoce el poder de Dios (Sal 80:1-3). “Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece.” (Sal 80:1). Por llamarle pastor, el salmista muestra una profunda fe en Dios. Asimismo, los títulos y nombres que usa para Dios destacan su poder y su cuidado por su pueblo. El salmista tenía un alto concepto de Dios, de su santidad, de su presencia y de su poder. ¿Cómo podemos tener el concepto adecuado de Dios? Muchos están contentos de pensar en Dios “a su manera”. Pero nuestro entendimiento de Dios, nuestro concepto de Él es de suma importancia. La única manera de tener un concepto adecuado de Dios es conocer su Palabra y conocerle a Él en Jesucristo. “Despierta tu poder” (Sal 80:2) El salmista reconoce que en esta situación difícil solo puede salvarnos el poder de Dios. “Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.”(Sal 80:3). Cuando nos apartamos de Dios, cuando hace falta un avivamiento, nos conviene hacer la misma oración: pedir perdón, apartarnos del pecado y Dios traerá refrigerio de salvación “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hch 3:19). Haz resplandecer tu rostro es un eco de la bendición sacerdotal en Nm 6:25. Cuando Dios hace esto seremos salvos, porque toda salvación es de Dios. (Ef 2:8-9). 2. Angustia, desesperanza por la ira de Dios (Sal 80:4-7). “Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?” (Sal 80:4). Destaca el poder de Dios, y que Dios está indignado y por eso no escucha su oración. (2Cr 7:14). Cuando parece que Dios no escucha nuestras oraciones; cuando no experimentamos el poder de Dios en nuestra iglesia o en nuestra vida, debemos examinarnos y ver por qué. No podemos decir solamente que es la voluntad de Dios. “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” (2Co 13:5). Por el pecado “Les diste a comer pan de lágrimas, y a beber lágrimas en gran abundancia.” (Sal 80:5). El salmista hace la pregunta que muchos han hecho a través de los siglos: “¿Por qué sufre el pueblo de Dios?” La Biblia misma da muchas razones: todos participamos en los resultados de la maldad del hombre, a veces Dios permite pruebas, pero a veces, el pueblo sufre por apartarse de Dios. “Aunque te laves con lejía [cloro], y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor.”(Jer 2:22).