928 - Salmos. Las victorias de Dios. Sal 68:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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928 – Sal 68:1-2 – Salmos. Las victorias de Dios. Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen. Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios. Este es un Salmo fervoroso de victoria que está compuesto de varios cánticos, himnos y oraciones; se clasifica entre los himnos como el Sal 103. Las diferencias de estilo y formas de verbos junto con los variados elementos cúlticos, históricos y proféticos han confundido a los estudiosos, pues el hebreo usado también es sumamente difícil. El salmista escribió uno de los salmos más entusiastas de alabanza a Dios. Combina todos los variados elementos para celebrar la presencia perpetua de Dios con su pueblo y sus victorias continuas a favor de él. No se sabe cuándo fue escrito; se sugiere que fue compuesto para la procesión cuando David Ilevó el arca a Jerusalén (2Sa 6:12), o posiblemente para otra celebración más tarde en la monarquía. El Salmo empieza con las mismas palabras que Moisés decía cuando el arca se movía (Nm 10:35). 1. Un cántico de victoria en el éxodo (Sal 68:1-6). “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.” (Sal 68:1). Los poderes que se oponen a la iglesia son débiles, ya vencidos. Por eso Jesús dijo: Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella (Mt 16:18). Los poderes malignos huyen de la presencia de Dios. “Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.” (Sal 68:4). ¡Cantad salmos...! celebra la victoria de Dios; también prepara el camino para más victoria. En los días del rey Josafat, cuando comenzaron el canto y la alabanza, Dios les dio la gran victoria a los israelitas “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.” (2Cr 20:22). “Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.”(Sal 68:5-6). Lo maravilloso es que el Dios tan poderoso es un Dios personal: se usa el nombre personal de Dios, Jah o Jehová. No es solamente un Dios personal, sino es un Dios de misericordia y compasión. Quiere que sus hijos gocen de la vida en familia. 2. Un himno de la victoria en el desierto (Sal 68:7-10). “Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, cuando anduviste por el desierto,” (Sal 68:7). Dios va delante y prepara el camino; y cuando va delante aun la naturaleza es afectada. Dios usa la naturaleza para proveer para su pueblo (lluvia y maná), con atención especial a los pobres. “Subirá el que abre caminos delante de ellos; abrirán camino y pasarán la puerta, y saldrán por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.” (Miq 2:13). 3. Un cántico de victoria en Canaán (Sal 68:11-14). “El Señor daba palabra; había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.”(Sal 68:11). Hoy, también, Dios da la palabra y quiere que una gran multitud anunciemos sus buenas nuevas. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Mr 16:15-16). 4. Sion, el monte de victoria (Sal 68:15-18). “Jehová habitará allí para siempre” (Sal 68:16). El salmista está seguro de que donde Dios está actuando, va a seguir su obra, en Sion, Jerusalén. “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.” (Sal 68:18). Pablo usa este verso para hablar de la victoria de Cristo y de los dones que ha dado a los creyentes (Ef 4:8-10). 5. Un cántico al Dios de la salvación (Sal 68:19-23).