927 - Salmos. Alabanza al Salvador universal. Sal 67:1-2

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

927 – Sal 67:1-2 – Salmos. Alabanza al salvador universal. Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación. Un hermoso salmo con maravilloso enfoque misionero. ¿Acaso el salmista pudo dar un vistazo a través de los años para ver el evangelio extenderse en toda la tierra? Sin duda, este salmo habla del cumplimiento de la Gran Comisión, cuando Jesús mandó que el mensaje de las buenas nuevas de Dios se llevara a todas las naciones. (Mt 28:18-20). El salmista reconoce que el pueblo de Dios tiene el propósito de hacer conocer la salvación de Dios a todos los pueblos. Pone todo su interés en la gloria de Dios y pide que todos los pueblos le alaben; no se nota ninguna preocupación por sí mismo; su oración y su alabanza no tiene nada de egocentrismo. Este breve salmo desarrolla dos temas optimistas: La necesidad y el resultado de la misericordia de Dios, y el futuro culto de adoración universal a Dios. El salmo refleja la promesa a Abraham de que Dios bendeciría a sus descendientes, “En ti [en Abraham] serán benditas todas las familias de la tierra” (Gn 12:1-3). “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham… Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gá 3:7-9, 29). I. La oración por la misericordia divina (Sal 67:1-2). “Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación. Comienza con la bendición sacerdotal de Nm 6:24-26, donde el resplandor del rostro equivale a nuestra comunión con Dios, la sonrisa de aprobación de ser aceptos a Dios, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” (He 4:16). Luego pide un avivamiento para el pueblo de Dios, y este avivamiento resultará en la expansión misionera que alcanzará a todas las naciones. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1Co 15:58). “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.” (He 6:10-12). II. El ruego por la adoración universal (Sal 67:3-5). “Te alaben los pueblos, oh Dios; todos los pueblos te alaben.” (Sal 67:3,5). La bendición de Dios sobre su propio pueblo resultará en alabanza universal a Dios por nuestro Salvador Jesucristo “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lc 2:14). “Alégrense y gócense las naciones, porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra.” (Sal 67:4). Cuando Dios gobierna y dirige a los pueblos tendrán mucho gozo porque lo hace con equidad. Ahora, el grito en todo el mundo es que haya justicia. Cuando acepten el señorío de Cristo habrá justicia y gozo. “Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” (Ap 5:13).