922 - Salmos. Descansando en Dios. Sal 62:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
Kategorier:
922 – Sal 62:1-2 – Salmos. Descansando en Dios. En Dios solamente está acallada mi alma; de Él viene mi salvación. El solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho. El salmista dos veces en este Salmo habla de que su alma “reposa, descansa, espera, confía callada” en Dios. Este silencio es profundamente significativo. Para nosotros es en ocasiones muy difícil estar perfectamente callados delante de Dios, como instrumentos cuyas calladas cuerdas esperan el toque divino. Confiar en Dios como nuestra roca, salvación y fortaleza (Sal 62:2) cambiará por completo nuestra visión de la vida. Ya no nos esclavizará el resentimiento hacia otros cuando nos dañen. Cuando descansamos en la fortaleza de Dios, nada nos podrá conmover. “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.” (Gá 6:14) I. Es en Dios en quién debiéramos descansar. “En Dios solamente está acallada mi alma; de Él viene mi salvación.” (Sal 62:1). “En Dios descansa en silencio mi alma.” Alma mía, deténte y piensa en Aquel ante cuya puerta esperas. Quien se allega a Dios tiene que creer que Él es, y que Él es el galardonador de los que diligentemente le buscan. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” (He 11:6). Reposa, descansa, espera en Dios como los israelitas esperaban el movimiento de la columna de nube. Moverse sin Él es moverse sin su promesa ni su presencia. Para descansar en Dios debemos obedecer su palabra “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis“ (Is 30:15). “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. “(Jer 6:16). II. Por qué debemos descansar, reposar en Dios. Por lo que Él es. “Solamente Él es mi roca y mi salvación; es mi refugio” (Sal 62:2,7). Puede parecer una extraña figura de lenguaje, esperar en “una Roca”, pero el significado es de tremenda importancia. Es esperar en la venida de una fuerza y estabilidad irresistibles. Solo Él debe ser nuestra Fuerza, nuestro Salvador y Refugio. Necesito de Él como “mi Roca” (Fuerza), para mantenerme firme en medio de todas las malvadas fuerzas del mundo. Necesito de Él como “mi Salvación”, para librarme de las sutiles tentaciones y concupiscencias de la carne. Necesito de Él como “mi Defensa”, para salvarme de las maquinaciones y de los dardos encendidos del diablo. “Alma mía, reposa solamente en Dios” (Sal 62:5). “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.” (Lc 21:19). III. Cómo deberíamos descansar, esperar en Dios. Deberíamos esperar como aquellos que esperan el cumplimiento de su Palabra, y la manifestación de su carácter. “Porque de Él procede mi esperanza… no resbalaré” (Sal 62:5-6). Es el corazón creyente y expectante el que espera las ventanas abiertas del cielo, y la bendición derramada (Mal 3:10). “Abre tu boca, y yo la llenaré” (Sal 81:10). Es solo cuando se cierran todas las otras puertas, y quedan silenciados todos los vanos deseos del yo, que quedamos en posición de probarlo y de decir en verdad: “De Dios procede mi esperanza”. Cuando quedamos así limitados a la fe en Dios, podemos también decir: “No resbalaré”. Los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Is 40:29-31). IV. El resultado de descansar, esperar en Dios. Habrá un claro y alentador testimonio de su fidelidad. “Esperad en Él en todo tiempo,