920 - Salmos. En Dios haremos proezas. Sal 60:11-12

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

920 – Sal 60:11-12 – Salmos. En Dios haremos proezas. Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres. En Dios haremos proezas, y Él hollará a nuestros enemigos. El pueblo, desanimado a causa de una grave derrota, acude a Dios pidiendo auxilio. Dios responde a la súplica con un mensaje de salvación. Este salmo es un lamento nacional escrito después de la inesperada derrota militar que se describe en 2Sa 8:3-14 y 1Cr 18:3-12. Mientras David con su ejército estaban luchando en la parte norte del país, otro de los enemigos vecinos de Israel, Edom, atacó con éxito la región central de Judá. David prevaleció al final y venció logrando que todos los edomitas fueron sus siervos. Este salmo expresa los sentimientos de un pueblo sacudido y confundido por una tragedia que sugería que Dios los había abandonado. Por lo tanto, este Salmo puede aplicarse a cualquier situación de derrota y así fue usado en Israel. Se describe una situación semejante en el Salmo 44 y los versos Sal 60:6-12 también se repiten en el Sal 108:7-13. La frase para ser enseñado en el título señala su valor para enseñar la dependencia de Dios en toda situación. “Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más fuerte que él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.” (Jer 31:11-12). 1. Lamento por la derrota (Sal 60:1-5) “Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; te has airado; ¡vuélvete a nosotros!”(Sal 60:1). Igual que en otros salmos de súplica, estos primeros versos suenan como si el pueblo está culpando a Dios por su situación. Por cierto, se habla de manera muy franca con Dios. Pero se hace de una posición de confianza; dan por sentado la relación de Dios con su pueblo en el pacto. “Hiciste temblar la tierra, la has hendido; sana sus roturas, porque titubea.” (Sal 60:2). Usa la figura de un terremoto; lo que parece estar firme, Dios lo puede sacudir. Dios permitió algo que perjudicó al pueblo y piden ser restaurados. “Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; nos hiciste beber vino de aturdimiento.” (Sal 60:3). Continúa dando a Dios la responsabilidad por el amargo sufrimiento del pueblo. “Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad” (Sal 60:4). Es una nota de esperanza, que Dios levanta bandera de victoria aún en medio de la derrota pudieron escapar. “Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.” (Sal 60:5). Termina esta sección con un clamor claro por socorro. El pueblo sigue apelando a la relación especial de Dios con su pueblo, son sus amados. 2. Mensaje profético de victoria. Sal 60:6-8 Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. Mío es Galaad, y mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador. Moab, vasija para lavarme; sobre Edom echaré mi calzado; me regocijaré sobre Filistea. El mensaje destaca la soberanía de Dios. Declarando que todos los pueblos pertenecen a Dios presenta una promesa de Dios para dar la victoria a su pueblo. ¿Será un himno usado en diferentes ocasiones? El hecho de ser repetido en el Salmo 108 da la impresión de que tenía amplia divulgación. En este mensaje de salvación, Dios se presenta como un guerrero victorioso, que anuncia a Israel la recuperación y la expansión de sus antiguos territorios. “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.” (Jl 2:25-26). 3. Oración de confianza (Sal 60:9-12). “¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom?” (Sal 60:9). ¿Quién me guiará...?