908 - Salmos. Dios Rey victorioso. Sal 48:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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908 – Sal 48:1-2 – Salmos. Dios Rey victorioso. Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey. El Salmo 48 puede tener su origen en la celebración de una victoria, tal vez la misma de los Salmos 46 y 47; sin embargo, su enfoque es más amplio que sólo Jerusalén, porque alaba a Dios que es rey de todo el universo. Es una canción que los judíos cantaban cuando subían a Jerusalén para las fiestas; a la vez su enfoque universal apunta también hacia la Nueva Jerusalén celestial descrita en Apocalipsis 21. El salmista celebra aquí la grandeza de Dios (Sal 48:1), su fortaleza (Sal 48:3), su misericordia (Sal 48:9), su justicia (Sal 48:10) y sus juicios (Sal 48:11), y como se ven en Sion con sus torres y murallas. El monte Sion ejemplifica la majestad de Dios (Sal 48:2), su fortaleza protectora (Sal 48:3), sus atributos de benevolencia, misericordia y justicia (Sal 48:9-11) y su eternidad (Sal 48:8, 14). 1. La victoria del Rey (Sal 48:1-3). “Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.” (Sal 48:1). El énfasis está en la grandeza de Dios quien es digno de suprema alabanza (Sal 145:1). Es la gloria de Dios que hace gloriosa su ciudad. La palabra Monte se usa con frecuencia para hablar del lugar del santuario, y Jerusalén está situada sobre un monte. “Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey.”(Sal 48:2). El salmista dice que la verdadera morada de Dios está en el monte de Sion. “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles” (He 12:22). “En sus palacios Dios es conocido por refugio.” (Sal 48:3). Este Dios es nuestro refugio. Aunque Dios es Rey de su pueblo, este pueblo todavía experimenta dificultades y problemas; por lo tanto, necesita un refugio. “No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.” (1Sa 2:2) 2. La victoria del Rey (Sal 48:4-7). “Y viéndola ellos así, se maravillaron, se turbaron, se apresuraron a huir. Les tomó allí temblor; dolor como de mujer que da a luz.” (Sal 48:5-6). Este pasaje enseña la respuesta llena de pánico de los provocadores de Dios. La verdad es que en toda época los enemigos de Dios se oponen a sus propósitos. De modo que los cristianos pueden cantar este Salmo pensando en las victorias del evangelio. Cuando confrontan el poder de Dios, las fuerzas malignas tienen que huir. “Con viento solano quiebras tú las naves de Tarsis.” (Sal 48:7). El viento solano representa el poder de Dios que es irresistible. 3. Alabanzas al Rey (Sal 48:8-10). “Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre.” (Sal 48:8). Oímos y hemos visto recalca los grandes hechos de Dios; oímos de nuestros padres cómo Dios nos rescató y nos salvó en tiempos pasados, y hemos visto sus obras en nuestras vidas. “Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, en medio de tu templo.” (Sal 48:9). Así, cuando vinieron a adorar, reflexionaron sobre lo que Dios había hecho, recordaron su misericordia; esto aumentaba su fe y les impulsaba a adorarle más. “Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena tu diestra.” (Sal 48:10). Los salmos están llenos de doctrina; conforme a tu nombre recalca todo lo que Dios es; la alabanza surge de este entendimiento y debe reflejar la grandeza de Dios y su señorío sobre todo el universo. Es claro aquí y en otros salmos que la idea de un juicio universal de Dios, y de la salvación para todas las naciones no surgió del deseo de los israelitas de tener más poder,