904 - Salmos. Dios levántate para ayudarnos. Sal 44:1-2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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904 – Sal 44:1-2 – Salmos. Dios levántate para ayudarnos. Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. Aunque este Salmo empieza con una nota optimista, presenta un cuadro desconsolador después de un desastre nacional, probablemente una derrota militar. No conocemos cuándo fue escrito; algunos propusieron el tiempo de Judas Macabeo, otros el del rey Ezequías o Josías. Podemos pensar que se originó durante la monarquía y que fue usado después en ocasión de otras derrotas. Otro Salmo semejante es el Salmo 85; también los Salmos 60, 74, y 80 hablan de desastres o derrotas nacionales. Lo que destaca en este Salmo es su confesión de inocencia. El pueblo y el salmista, no encuentran la razón de la derrota en pecado o infidelidad del pueblo, no encuentran respuesta a su dilema. Dicen que es por ser fiel a Jehová que están sufriendo (Sal 44:22). El apóstol Pablo lo cita en este mismo sentido en Ro 8:36 al concluir que nadie ni nada, ni la muerte nos separará del amor de Cristo si vivimos agradando a Dios. Los salmos nos enseñan a orar, este Salmo nos ofrece una enseñanza especial. Nos enseña que, cuando nos encontramos en tales sufrimientos, y no entendemos por qué Dios no cambia la situación, debemos recordar sus obras en el pasado (Sal 44:1-3), debemos seguir confiando en Él (Sal 44:4-8), podemos clamar a Dios (Sal 44:9-16), podemos ser sinceros con Dios (Sal 44:17-22), y sobre todo enseña que la oración es arraigada en una fe más profunda que la razón. Por lo cual: “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar” (1Ts 5:16-17). 1. Un pasado glorioso (Sal 44:1-3). Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado. Los hijos reciben el fortalecimiento de su fe por lo que los padres les cuentan de las obras de Dios. La Biblia pone mucho énfasis en esta responsabilidad de los padres. Este hecho explica la firme fe en Dios, que vemos en este Salmo, a pesar de un desastre nacional. Es importante enseñar a nuestros hijos que es Dios quien pelea nuestras batallas por lo tanto al enemigo “No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.” (Dt 3:22). 2. Confianza en Jehová (Sal 44:4-8). “Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará; Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has avergonzado a los que nos aborrecían. En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para siempre alabaremos tu nombre.” (Sal 44:6-8). El salmista da gloria, exalta a Dios siempre porque no es el esfuerzo humano sino el poder de Dios que puede dar liberación. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos. (Zc 4:6). 3. Una situación angustiosa (Sal 44:9-16). “Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; y no sales con nuestros ejércitos. Nos hiciste retroceder delante del enemigo, y nos saquean para sí los que nos aborrecen. Nos entregas como ovejas al matadero, y nos has esparcido entre las naciones.” (Sal 44:9-11). El pueblo no entiende por qué Dios no les defiende; da la impresión que Dios está fallando por causa de esta situación, los enemigos se burlan de los siervos de Dios. Pero “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.” (1Pe 4:12-14). Nuestra confianza debe estar “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13). 4. Declaración de inocencia (Sal 44:17-22).