895 - Salmos. Gozo de salvación. Sal 34:1-2

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

895 – Sal 34:1-2 – Salmos. Gozo de salvación. Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. Este Salmo 34 es muy parecido al Sal 25:1-22, no solo en cuanto a forma, sino también en cuanto a sus temas principales como el énfasis en la redención que lleva a cada salmo a su fin en Sal 25:22 y Sal 34:22. Por todos ellos se encuentran aplicaciones individuales y colectivas de la liberación dada por el Señor. Es un acróstico; significa que en el original, los versículos de este Salmo comienzan cada uno con una letra del alfabeto hebreo en orden alfabético, lo que indica que se puso un especial cuidado en su composición. La ocasión del mismo, cuando David se hizo pasar por demente ante Abimelec (1Sa 21:10-15), no fue desde luego para crédito del rey. Sin embargo, él estaba dispuesto a alabar al Señor por su gran liberación. Estas palabras parecen ser la expresión de un alma en éxtasis de deleite. Cuanto más sintamos nuestra propia insensatez y culpa, con más jubilo alabaremos a Dios por nuestra salvación. “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas.” (Sal 118:15). Este salmo está estructurado en dos partes: I. Alabanza con Jubilo al dar el testimonio personal (Sal 34:1-10). II. Enseñanza personal para la vida con Dios (Sal 34:11-22). Veamos la primera parte Sal 34:1-10, del gozo, júbilo exuberante, observemos: I. La naturaleza del gozo Es: 1. Espiritual. “Bendeciré a Jehová” (Sal 34:1). Dios es espíritu, y el espíritu que halla su más elevado y profundo deleite en “bendecir a Jehová” tiene algo infinitamente mejor que las riquezas naturales. Jesucristo dijo del Espíritu Santo “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (Jn 16:14). Solo los que tienen el Espiritu Santo en su corazón pueden adorar en espíritu y verdad porque “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Jn 4:24). 2. Continuo. “Bendeciré a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca”. En todo tiempo y en toda circunstancia Él es siempre el mismo, de manera que nuestras alabanzas no deberían cesar nunca. El que nos hizo y nos salvó merece siempre toda gloria. Incluso la tierra dará su fruto a un pueblo que da alabanza al Señor (Sal 67:5-7). 3. Desprendido. “Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre” (Sal 34:3). El corazón lleno de alabanza anhela que otros se unan a él, y que compartan en este gozoso servicio. “antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Ef 5:18-19). II. Las causas del gozo. El salmista había experimentado una: 1. Intervención divina. “Busqué a Jehová, y Él me escuchó” (Sal 34:4). Otro testimonio del poder de la oración. El Dios de la ley es asimismo el Dios de la gracia. 2. Salvación divina. “Me libró de todos mis temores… lo libró de todas sus angustias” (Sal 34:4-6). Hemos de ser salvados de todos nuestros pecados para ser salvados de todos nuestros temores. La salvación de Dios es hasta lo más hondo de la necesidad humana, y se levanta hasta lo más sublime de la gracia divina. 3. Protección divina. “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen” (Sal 34:7). El profeta Eliseo le dijo a su criado “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. (2Re 6:16-17). Así como el monte estaba lleno de caballos y de carros para los ojos abiertos de Eliseo, así el poder de Dios rodea a su pueblo como con un tabernáculo (Sal 27:5). III. La influencia del gozo. Este santo gozo impulsa, constriñe: 1. A invitar.