879 - Salmos. La recta palabra de Dios. Sal 19:8a

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

879 - Sal 19:8a – Salmos. La recta palabra de Dios. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón. La verdadera alegría del corazón del ser humano solo puede ser hecha por la recta palabra de Dios. La justa y recta palabra de Dios traen el gozo, alegría permanente que el mundo no puede dar. “Tú diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.” (Sal 4:7). La alegría externa producida por regalos, bienes materiales, emociones son pasajeras, temporales pero el gozo de Dios, producido por la palabra de Dios, permanece y nos da fortaleza para seguir adelante. “no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” (Neh 8:10b). “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” (Is 26:4). I. Los mandamientos de Jehová son rectos. (Sal 19:8a). Mandamientos es un sinónimo de la palabra de Dios que contempla órdenes, encargos, y disposiciones. Son contemplados como los decretos del Gobernante. Son los Estatutos de Dios, la palabra de Dios. Son rectos. Significa que son justos, razonables. Sus mandamientos siempre llevan la intención para que caminemos derecho. Su enseñanza va dirigida para que nosotros caminemos en lo justo y recto. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jer 29:11). Pero nosotros los desechamos. Sus mandamientos son rectos y siempre van enfocados en lo moral, justo y recto. “Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.” (Sal 11:7). Solo la rectitud de la palabra de Dios puede dar testimonio y enseñar el buen camino al pecador. “Bueno y recto es Jehová; por tanto, Él enseñará a los pecadores el camino.” (Sal 25:8). “Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen,” (Pr 6:23). II. Que alegran el corazón. (Sal 19:8b). Los mandamientos de Dios son rectos y dan como resultado el gozo en el corazón de los que los creen y obedecen. Dan felicidad, alegría al corazón. Habla de un estado, rasgo interno del corazón de la persona que trae estabilidad, seguridad interna: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (Ro 8:35). El salmista da testimonio diciendo: “Mas yo en tu misericordia he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.” (Sal 13:5). “Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría. Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.” (Sal 30:5, 11). III. Habla de un contentamiento interno. Las promesas en la palabra de Dios alegran, animan, disipan el temor y fortalece al débil: “Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.” (Is 35:4). El corazón del profeta Jeremías se llenó de gozo y alegría con la palabra de Dios “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.” (Jer 15:16). El apóstol Pablo aprendió a vivir en abundancia y en escasez. Las circunstancias externas no alteraban su gozo y estabilidad en creer en el Señor. Da testimonio afirmando: “En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez (falta de alimento, no tener para el postre), pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente (esto no nos gusta), y sé tener abundancia (esto si nos gusta); en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo