877 - Salmos. La perfecta palabra de Dios. Sal 19:7a

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

877 – Sal 19:7a – Salmos. La perfecta palabra de Dios. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;   ¿Es para usted la Biblia la respuesta a la problemática espiritual de los seres humanos? ¿Es para usted la Biblia la fuente confiable de la que extraemos nuestra guía de fe y conducta? Uno de los grandes pecados del cristianismo de hoy, es que han desplazado a la palabra de Dios con ideas, pensamientos, filosofías y estrategias humanas y en algunos casos no sólo no concuerdan con las Escrituras, sino que ridiculizan a Dios. Se usa el pragmatismo de Nicolás Maquiavelo: el fin justifica los medios. Esta misma estrategia es usada en la iglesia en lugar de usar la palabra de Dios. El subjetivismo que depende de lo que sentimos o vemos. El uso de frases como: “Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado” de Gandi copiado de Agustín de Hipona de su libro la ciudad de Dios, pag 397. Pero solo copió la primera parte de la frase. Dejando una media verdad porque: “Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días.” (Sal 7:11). Si no confiamos en el consejo de Dios, lo estamos menospreciando, estamos diciendo que nosotros somos más inteligentes que Él, y como que a Dios le faltó algo para enseñarnos como salir del pecado, como dirigir nuestra vida y la iglesia. Para el creyente la Biblia debe ser el manual de instrucciones y principios que Dios nos enseña para tratar toda la problemática del ser humano centrada en el pecado, “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Ro 3:23). Solo las Escrituras enseñan cómo salir de las tinieblas del pecado y vivir en la luz admirable de Dios. “Porque dos males han hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jer 2:13). I. La Ley de Jehová es perfecta. (Sal 19:7a). La ley, del hebreo La Torah que significa la enseñanza de Dios. No se limita a leyes sino a toda la revelación de Dios en su Palabra. La enseñanza de Dios es perfecta. La enseñanza de Dios está en la Escritura para decirnos como debemos vivir, conducirnos durante toda la vida. Para cada ocasión hay un consejo, un mandamiento para indicarnos como vivir. La psicología tiene más de 3000 terapias para corregir los problemas del ser humano, y vemos la imperfección de estas. Pero la Palabra de Dios es perfecta. Por lo tanto, para nosotros los cristianos es suficiente la Biblia. La enseñanza de Dios es perfecta. Perfecta: del hebreo Tamín que tiene por lo menos cinco significados: S1) Completa: la enseñanza del Señor es completa no le falta nada. “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Col 2:8-10). S2) Cabal: exacta. Dios siempre va a tener una palabra exacta para tu situación. Los médicos, mecánicos se pueden equivocar. Pero Dios nos pasa el escáner con su palabra y detecta de manera exacta cual es problema y lo que debemos corregir. S3) Integra: No le falta ningún ingrediente. Es sustanciosa y alimenta. S4) Sin tacha: sin error. La Palabra de Dios no tiene errores, es acrisolada sin tacha (Sal 18:30). Si tuviera error Dios tuviera error y no fuera Dios. Las traducciones pueden tener errores, pero no el original. Por lo tanto, la enseñanza de Dios es sin error. Inerrante según la teología. S5) Verdadera: Habla de sentido absoluto. La Palabra de Dios es la verdad porque Dios Padre es la verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” (Jn 17:17). El Hijo, Jesucristo es verdad, afirma: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida.” (Jn 14:6). Jesús no dijo soy una verdad. Él aseguró soy LA VERDAD, un absoluto. El Espíritu Santo, es el Espíritu de Verdad (Jn 14:17; 16:13). La pureza de la palabra de Dios la hace perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.” (Sal 12:6). “En cuanto a Dios, perfecto es su camino,