876 - Salmos. El poder de la palabra de Dios. Sal 19:7-8
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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876 – Sal 19:7-8 – Salmos. El poder de la palabra de Dios. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El Salmo 19 es uno de los más hermosos del libro de los salmos. Destaca las dos grandes revelaciones de Dios, por su creación y por su palabra, y termina con dos estrofas de autoexamen y de alabanza a Dios. Dios se ha manifestado a la humanidad por medio de estos dos instrumentos: la creación y su palabra. La raza humana queda responsable ante Él debido a sus comunicaciones no verbales y verbales. Cuando Dios se revela por medio de la naturaleza (Sal 19:1-6), aprendemos sobre su gloria y nuestra condición finita y cuando se revela por medio de las Escrituras (Sal 19:7-14), aprendemos acerca de su santidad y de nuestra naturaleza pecaminosa guiándonos a la salvación y vida eterna. “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.” (Is 45:18). I. La revelación general de Dios en el mundo (Sal 19:1-6). El testimonio del universo aparece consecuente y claro, pero la pecaminosa humanidad lo resiste de forma persistente. A. La publicación de los cielos (Sal 19:1-4b) “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras.” B. La primacía del sol (Sal 19:4c-6) “En ellos puso tabernáculo para el sol; y éste, como esposo que sale de su tálamo, se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el término de ellos; y nada hay que se esconda de su calor.” El ser humano no tiene excusas con la revelación de la existencia de Dios y su poder. La creación transmite un mensaje claro e inconfundible acerca de la persona de Dios. El ser humano no tiene excusas para creer y seguir a Dios: “Porque las cosas invisibles de Él [Dios], su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Ro 1:20). II. La revelación especial de Dios en la Palabra (Sal 19:7-14). David pasa a describir los atributos, aprecio y aplicación del poder de la palabra de Dios, las Escrituras. A. Seis atributos de la palabra de Dios (Sal 19:7-9). “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.” David usa seis sinónimos para referirse a la palabra de Dios y su poder: S1) La Ley, el alma necesita conversión: la espada del Espíritu puede lograrlo con la enseñanza que transforma el alma del ser humano (Stg 1:18; 1Pe 1:23). S2) El testimonio, de la palabra de Dios que cambia a la persona de su peor conducta, ser necio, patán, a ser sencillo, sabio y de buena conducta. (2Ti 3:15). “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jer 23:29). S3) Los mandamientos de Dios traen gozo, alegría al corazón porque al cumplirlos estamos siempre en la presencia de Dios donde hay “plenitud de gozo y delicias a su diestra” (Sal 16:11). “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.” (Jer 15:16). S4) El precepto, la palabra de Dios alumbra, es luz para no andar en tinieblas porque: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera