840 - Job. La soberanía permisiva de Dios. Job 24:1
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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840 – Job 24:1 Job. La soberanía permisiva de Dios. Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días? Job a través de sucesos, hechos abiertamente por impíos, en el campo y la ciudad, en los que Dios no interviene para detenerlos, enseña la soberanía permisiva de Dios. Repentinamente, Job parecía estar discutiendo del lado de sus tres amigos. Por tal motivo, algunos comentaristas piensan que fue uno de los amigos de Job que dijo esas palabras. Pero no, debemos esperar que Job presentara un argumento lógico. Se sentía confundido. No estaba discutiendo que, en cada caso, Dios recompensará al malvado y castigará al recto. Simplemente estaba afirmando que, en esta situación, un hombre recto estaba sufriendo. Job no podía ubicar a Dios para defender sus argumentos. No conocía el plan soberano de Dios, pero confiaba en Él. La respuesta a Job 23 la concluye en Job 24: No podía justificar lo que Dios estaba haciendo en su soberanía permisiva, pero confiaba en Él. Job conocía y confiaba en la soberanía de Dios que tiene el control de todas las cosas. Aprendamos de Job tres lecciones 1) Resista la tentación de explicarlo todo. Dios lo sabe todo. 2) Concéntrese en las bendiciones futuras, en lo eterno, no en el sufrimiento presente. Dios lo dirige todo. 3) Acepte la soberanía del todopoderoso. Dios lo controla todo. 1. La soberanía permisiva de Dios en el campo (Job 24:1-11). “Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, ¿Por qué los que le conocen no ven sus días? Traspasan los linderos, roban los ganados, y los apacientan. Se llevan el asno de los huérfanos, y toman en prenda el buey de la viuda.” (Job 24:1-3). Job creía que Dios conocía los tiempos señalados para todas las actividades bajo el sol (Ecl 3:1-8), pero se lamenta que Dios no informaba al hombre acerca de ellos. Que si Dios anunciara en un boletín universal su programa para juzgar a la humanidad, ésta se sentiría menos frustrada al observar la aparente indiferencia del Altísimo ante el pecado, porque impunemente, aun en el campo, algunos roban tierras y traspasan los linderos para apoderarse del campo del vecino y roban los ganados de los huérfanos y de la viuda. “¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!” (Jer 22:13). 2. La soberanía permisiva de Dios en la ciudad (Job 24:12-17). “Desde la ciudad gimen los moribundos, y claman las almas de los heridos de muerte, pero Dios no atiende su oración. Ellos son los que, rebeldes a la luz, nunca conocieron sus caminos, ni estuvieron en sus veredas.” (Job 24:12-13). Hasta en la ciudad gimen los moribundos, y claman, pero Dios parece indiferente a todo ello y no atiende su oración. Llama la atención sobre los criminales y adúlteros que actúan en la sombra y parecen escapar a la justicia; de hecho, parece como si Dios les ofreciera protección. “A la luz se levanta el matador; mata al pobre y al necesitado, y de noche es como ladrón. El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.”(Job 24:14-15). Job, se preocupa porque él estaba sufriendo a pesar de no haber cometido alguna maldad específica, mientras que otros que pecaban abierta y deliberadamente, quedaban impunes. Salomón apoya a Job: “Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.”(Ecl 4:1). 3. La soberanía permisiva de Dios con los impíos (Job 24:18-24). “Huyen ligeros como corriente de aguas; su porción es maldita en la tierra; no andarán por el camino de las viñas. La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; así también el Seol a los pecadores.” (Job 24:18-19). Los impíos, en la soberanía permisiva de Dios, no son detenidos en sus malvados hechos.