839 - Job. Purificados como el oro. Job 23:10
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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839 – Job 23:10 Job. Purificados como el oro. Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro. Job dejando a un lado la réplica a Elifaz (Job 31) reflexiona en dos problemas: Las injusticias que estaban experimentando él y otros. Su sufrimiento sería más soportable si supiera el porqué del mismo (Job 23), y por qué Dios permanecía callado como indiferente ante la crueldad de los otros (Job 24). La Biblia enseña que el plan de Dios en la vida del creyente, las pruebas son la norma, no la excepción. Los cristianos durante las pruebas deben tener una actitud de fe. El propósito de Dios al permitir las pruebas consiste en confirmar la realidad de la fe de cada creyente, purifican la fe, ayudan a crecer en el carácter de Cristo. El apóstol Juan escribió: “esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1Jn 5:4). Esta clase de fe puede capacitar a los creyentes para regocijarse aun cuando atraviesan tiempos de pruebas, y somos afligidos en diversas tipos de pruebas (1Pe 1:6). 1. No puedo ubicar dónde está Dios, pero confío en Él (Job 23:1-12). “Hoy también hablaré con amargura; porque es más grave mi llaga que mi gemido. ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría mi causa delante de él, y llenaría mi boca de argumentos.” (Job 23:2-4). Es la cuarta de cinco veces que Job está deprimido en medio de su amargura y lamentos (Job 3:20; 7:11; 10:1; 23:2; 27:2). Job deseaba encontrar a Dios y no era capaz de ubicar su presencia para exponer su caso. Una vez que Dios conociera sus argumentos dejaría de contender con Job y se acabaría su sufrimiento. “¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No; antes él me atendería. Allí el justo razonaría con ÉL; y yo escaparía para siempre de mi juez.” (Job 23:6-7). Job enseña que cuando venimos a Dios tal como somos, con un corazón sincero, Él escucha nuestras oraciones, suplicas, nuestro sentimiento de necesidad, y está presto a responder: “Yo te perdono. No temas. Yo te amo. Yo te entiendo. Yo estoy aquí. Yo te ayudo. Yo te sostengo. Te felicito por enfrentar la verdad”. En la aflicción Dios nos recuerda: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Is 41:10). 2. Dios conoce mi camino, yo confío en Él. (Job 23:10-12). Job declara su inocencia, colocando su confianza en Dios. “Mas Él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro.” (Job 23:10). Elifaz, Bildad, Zofar piensen y digan lo quieran de mí, pero Dios conoce mí camino, Él sabe la verdad, conoce mi corazón, yo creo en Dios, seguí sus pisadas, guardé su palabra, yo confío en Él. Me probará con esta dura aflicción, pero tengo la esperanza que no quedaré en la prueba sino que saldré de la prueba cuando su propósito se haya cumplido en mí, y saldré purificado, refinado como el oro. “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.” (1Pe 4:12-13). Job continúa afirmando: “Mis pies han seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté. Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.” (Job 23:11-12). Dios es omnisciente, todo lo sabe, omnipresente, su presencia está en todo lugar, y omnipotente, es todo poderoso para cumplir su perfecta y buena voluntad, soberanía en nuestra vida. Nosotros solo debemos seguir sus pisadas, guardar su camino, y obedecer el mandamiento de sus labios: su palabra, que nos enseña, instruye, corrige, aconseja, consuela, reprende y dirige nuestros pasos capacitándonos para toda buena obra (2Ti 3:16-17). 3. No entiendo el plan de Dios, pero confío en Él (Job 23:13-17). Job declara la soberanía de Dios. No entiende su plan, pero confía en que Él tiene el control de su vida.