831 - Job. La fragilidad y brevedad del ser humano. Job 14:1-2

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

831 – Job 14:1-2 Job. La fragilidad y brevedad del ser humano. El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece. La vida es breve y está llena de problemas, Job se lamenta en sus declaraciones finales. La enfermedad, la soledad, la desilusión y la muerte hicieron que Job dijera que la vida no era justa. Job acepta la realidad del control de Dios sobre los diferentes aspectos de su vida, pero pone en tela de juicio el significado que puedan tener. La vida es breve (Job 14:1-2), todos son pecadores (Job 14:4), y los días son cortos (Job 14:5), luego sobreviene la muerte (Job 14:7-12). A la luz de esto, Job pide a Dios un poco de gracia en lugar de un juicio tan intenso (Job 14:3), y un poco de reposo de tanto dolor (Job 14:6), y sugiere que un árbol tiene más esperanza que él (Job 14:7). Se ha dicho bien que “el hombre fue creado para el duelo”. Este capítulo de Job 14 comienza con “El hombre” y finaliza con “se entristecerá su alma”. Pero oigamos la voz de este varón de dolores. 1. ¡El hombre! Está “HASTIADO DE SINSABORES” (Job 14:1). “El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores”. Las angustias de Job son tan numerosas que está rebosante de ellas. Es “como cosa carcomida” (Job 13:28). ¿Quién puede limpiar algo así? (Job 14:4). ¿Quién puede recetar algo para una tal complicación de males en el hombre? ¡Con qué cúmulo de miserias no tiene que tratar Dios al salvar al hombre! “He aquí, diste a mis días término corto, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive.”(Sal 39:5). 2. ¡El hombre! “HUYE COMO LA SOMBRA” (Job 14:2). “Sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece.” Como las sombras de las nubes se precipitan a lo largo de una ladera como espectros sin aliento, así el hombre huye desde el misterio del nacimiento hacia el misterio de la muerte. Aquí no tiene ciudad permanente. Brota como una flor, para ser visto y sentido por unos pocos, y es cortado. “Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, como la hierba que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; a la tarde es cortada, y se seca.” (Sal 90:5-6; 103:15-16). “Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.” (Is 40:6-8). “El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.” (Stg 1:9-11) 3. ¡El hombre! SUS DÍAS Y MESES ESTÁN NUMERADOS (Job 14:5). “Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti; le pusiste límites, de los cuales no pasará.” El límite de su vida le ha sido fijado por Dios. No sabe cuándo será su fin. No tiene ni siquiera autoridad para decir: “Mañana haré esto o lo otro”. (Stg 4:13-15). “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.” (Sal 90:10). 4. ¡El hombre! “CUANDO EL HOMBRE EXPIRE, ¿ADÓNDE IRÁ Él?” (Job 14:10). “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” Da el espíritu como uno que no lo puede guardar ya más, pero, ¿adónde ha ido? ¿Dónde está él? Debe estar en alguna parte. El dónde depende del carácter de aquel espíritu. Jesucristo enseña que después de la muerte sólo hay dos opciones: Cielo o infierno. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham