826 - Job. Consejos hirientes. Job 8:2
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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826 – Job 8:2 Job. Consejos hirientes. ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? Después que Job respondió de manera vulnerable y honesta a Elifaz, toma el turno para hablar Bildad. Si usted piensa que Elifaz fue ofensivo, espere hasta conocer a Bildad. Algunos apodan a Bildad como un ¡Puercoespín humano! Su ruda actitud se observa en sus primeras palabras: ¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como viento impetuoso? (Job 8:2). Traducidas sus palabras está diciendo: Job, “¡Eres un charlatán!”. Puede usted imaginarse como se sintió Job con fiebre por las llagas que cubrían su cuerpo, dolor, picazón en todo su cuerpo, sentado en el basureo de la ciudad, con la perdida de sus hijos y la esposa queriendo que maldiga a Dios. Elifaz no dio ninguna ayuda con sus consejos desabridos en Job 4-5. Ahora Bildad, después de oír la respuesta de Job a Elifaz, decide poner a Job en su sitio iniciando con el insultante comentario: “Eres un charlatán, Job”. Bildad apoya sus palabras en la tradición. Le dice a Job: “Indaga…en las generaciones del pasado” (Job 8:8). Jesucristo nos recuerda que: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Jn 6:63). Si “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (Jn 6:68). 1. Mira hacia arriba, el carácter de Dios, Job (Job 8:3-7). Bildad luego de llamar charlatán a Job continúa hablando sobre el carácter de Dios: C1) La justicia de Dios. “¿Acaso torcerá Dios el derecho, o pervertirá el Todopoderoso la justicia?”(Job 8:3). Bildad está insinuando que nunca torcerá Dios el derecho, seguramente que no estaba castigando a Job sin motivo. Si Job no había pecado, entonces su sufrimiento significaba que Dios había torcido la justicia. Bildad hace una afirmación hiriente, cruel: Job tus hijos murieron porque estaban en pecado, dice: “Si tus hijos pecaron contra Él, Él los echó en el lugar de su pecado.” (Job 8:4). C2) El poder y la santidad de Dios. “Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; si fueres limpio y recto, ciertamente luego se despertará por ti, y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande.” (Job 8:5-7). Bildad insinúa Si Job fuera tan limpio y recto como aseguraba, todo lo que necesitaba era buscar a Dios y rogar al Todopoderoso para que le fuera bien. Los amigos de Job estaban dando consejos sin sentido, desconsiderados, hirientes, porque para ellos era obvio que Job estaba sufriendo por haber pecado. 2. Mira hacia atrás, la sabiduría del pasado, Job (Job 8:8-10). “Porque pregunta ahora a las generaciones pasadas, y disponte para inquirir a los padres de ellas; pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos, siendo nuestros días sobre la tierra como sombra. ¿No te enseñarán ellos, te hablarán, y de su corazón sacarán palabras?” Bildad quería ser mejor que Elifaz, que apoyó su discurso en su experiencia, y basa su discurso en una autoridad mayor, en la tradición, las observaciones de las generaciones pasadas. ¿Cómo podía atreverse Job a insinuar que la sabiduría acumulada de sus ancestros estaba equivocada? Bildad creía que si los muertos pudieran hablar, ellos también darían testimonio de que la gente sufre debido a su pecado. 3. Mira a tu alrededor, la evidencia de la naturaleza, Job (Job 8:11-19). ¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? (Job 8:11). Bildad continúa con sus palabras de puercoespín, ofensivas y desconsideradas. Está diciendo a Job: Así como el junco y el prado se secan al no tener agua, Job tu estás seco, marchitado, muriendo porque eres un hipócrita. Bildad continúa diciendo, Job, tú esperanza está pereciendo porque no tienes un corazón puro y una buena relación con el Dios justo y santo. “Aun en su verdor, y sin haber sido cortado, con todo, se seca primero que toda hierba.