822 - Job, el lamento del afligido. Job 3:2-3
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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822 – Job 3:2-3 Job, el lamento del afligido. Y exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido. El lamento de Job (Job 3) a casi nadie le gusta. Job no se guardó nada, expresó todo su dolor. Después de siete días y siete noches de silencio, Job inicia la conversación lamentándose de su condición. Su aflicción, su ruina, sus dolorosas llagas no son la principal causa de lo que expresa. La gran angustia de Job es porque siente que ha perdido a su mejor amigo: Dios. Si usted llega a pasar por experiencias similares a las de Job, ¿Cómo respondería? ¿Se enojaría? ¿Se amargaría? ¿Culparía a Dios? ¿Cuál sería la reacción adecuada frente a la dura aflicción? Pidamos a Dios: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.” (Sal 143:10). 1. El tiempo de la prueba. Al séptimo día de estar sufriendo la enfermedad (Job 2:13), Job cae en conflicto con su fe, y declara: “Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.”(Job 3:3). Job estaba deprimido, triste, en una confusión absoluta, aislamiento total en el basurero de la ciudad, dolor insoportable, ninguna esperanza de cambio, sentado en un lugar asqueroso, privado de todas las comodidades del hogar. Job concluye su lamento diciendo: “No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; no obstante, me vino turbación [desesperación].”(Job 3:26). La mayor preocupación de Job era que su mejor amigo, Dios, no le hablaba y parecía estar ausente, y no le respondería tras un largo tiempo de prueba, aflicción, al final de su enfermedad en el capítulo 38. ¿Cuál es tu actitud hacia Dios, cuando tienes mucho tiempo, en medio de una prueba y Él no responde? Job no maldijo a Dios como había predicho Satanás (Job 1:11; 2:5), ni tampoco mostró impulsos suicidas. Veamos que dice Job. 2. Job lamentó haber nacido (Job 3:1-10). Job se lamenta diciendo: “Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido.” (Job 3:3). En medio de una depresión, el profeta Jeremías, se lamentó de manera similar (Jer 20:14-15). Job sigue diciendo “Sea aquel día sombrío, y no cuide de él Dios desde arriba, ni claridad sobre él resplandezca.”(Job 3:4). Al expresar su deseo de que esa noche imaginaria de su concepción quedara envuelta en las tinieblas (Job 3:6), que fuera estéril (Job 3:7), “Maldíganla los que maldicen el día” (Job 3:8) expresa que la maldijeran otros porque Job no hablaba palabras maldicientes (Ef 4:29), y que nunca se convirtiera en día (Job 3:9), Job estaba diciendo que desearía que su madre no lo hubiera concebido en su vientre. Pero Dios “no cerró las puertas del vientre donde yo estaba,” y fue concebido (Job 3:10). 3. Job deseó haber nacido muerto (Job 3:11–19). Otro ejemplo de depresión es Ana (1Sa 1:10). Job lamentándose hace tres preguntas: ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? (Job 3:11-12). Para Job hubiera sido mucho mejor morir al nacer porque “ahora reposaría, dormiría, y tendría descanso” y tendría como compañeros a personajes como “reyes, consejeros y príncipes, los que llenaban de plata sus casas.” (Job 3:13-19), mientras que en vida tenía tribulaciones. Dios no evitará las aflicciones del justo sino que lo ayudará a pasarlas. “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” (Sal 34:19). 4. Job estaba deprimido (Job 3:20-26). ¿Es la depresión pecado? No, es una enfermedad como otras. En la Biblia otros héroes de la fe en un momento de depresión desearon morir como Elías que dijo: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.”(1Re 19:4). Dios no trató a Elías con un viento, terremoto o fuego, sino con un silbido apacible y delicado por su condición emocional, y luego de cumplir con su misión fue arrebatado al cielo (2Re 2:11). Job deseó morir al preguntarse