806 - Nehemías, luchando contra el egoísmo. Neh 5:9

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

806 – Neh 5:9 Nehemías, venciendo el egoísmo. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? Después del regreso del cautiverio había sobrevenido gran angustia al pueblo. El enemigo había logrado interceptar los suministros de alimentos, y, ¡ay!, la parte más rica del pueblo comenzó a aprovecharse de sus hermanos más pobres, enriqueciéndose a costa de ellos. Tierras, viñas, casas e incluso hijos e hijas, fueron hipotecados o cambiados por pan (Neh 5:1-5). Las cosas se hicieron tan insoportables que “gran clamor” brotó del pueblo. “Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza.” (Pr 28:22). La conducta de Nehemías durante esta dolorosa crisis nos da una revelación adicional de la grandeza y estabilidad de su carácter. Estas cualidades debieran caracterizar a cada uno llamado por Dios para su servicio. Veamos las cualidades del liderazgo de Nehemías luchando contra el egoísmo. I. Rectitud. “Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor” (Neh 5:6). El enojo de Nehemías era por la injusticia hecha por los ricos a los más pobres. ¡Ay, que haya tantos siervos de Dios cuyas convicciones no parecen ser lo suficientemente puras para moverlos a indignación ante la inmisericorde codicia con algunos hermanos en la fe. Estos hombres eran “hermanos” (Neh 5:1), pero no mostraron amor fraternal alguno. El codicioso, usurero trabaja para el justo: “Aunque amontone plata como polvo, y prepare ropa como lodo; la habrá preparado él, mas el justo se vestirá, y el inocente repartirá la plata.” (Job 27:16-17). II. Valor. “Entonces… reprendí a los nobles y a los oficiales” (Neh 5:7). El valor en el Nombre de Dios es absolutamente necesario para los llamados a tomar el liderazgo de la obra (Jos 1:6-7). A los nobles y oficiales, los ricos e influyentes, con frecuencia escapan a una merecida reprensión. El siervo de Cristo no debe esforzarse ni en pos de ventajas personales ni de la alabanza de los hombres, sino que en nombre de su Señor hablar la verdad con denuedo, con valentía, sin temor así quede solo. “Yo soy la Verdad”, dijo el Señor (Jn 14:6). El mártir Juan Huss dijo: “Prefiero herirlos con la verdad que matarlos con la mentira”. Pablo pedía que oraran por él: “a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,” (Ef 6:19). III. Desprendimiento. “Nosotros, según nuestras posibilidades, rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos?” (Neh 5:8). Nehemías había tratado, hasta allí donde le permitían sus medios, de redimir a la libertad aquellos que habían sido vendidos a los gentiles, pero estos egoístas nobles y oficiales habían tratado de obtener ganancia vendiendo a sus hermanos. La cruz de Cristo no ha sido claramente vista si el egoísmo no ha recibido aún su golpe mortal. Pablo dio ejemplo afirmando: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gá 2:20). IV. Santo celo. “No es bueno lo que hacéis: ¿No queréis caminar en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?” (Neh 5:9). Cuando el pueblo de Dios no camina en temor de Él, atraen vituperio sobre su santo Nombre (Ro 2:24). Es deprimente que muchos de los siervos de Cristo se sienten más celosos acerca del honor de sus propios nombres que el de Cristo. Cuando nuestros semejantes nos difaman, ¿nos duele más que cuando los oímos blasfemando del Nombre de nuestro Señor Jesucristo? Pablo deseaba que la iglesia fuera solo para Cristo al decir: “Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.” (2Co 11:2). V. Diligencia. Nehemías no era ni tibio ni de doble ánimo.