795 - Sedequias, la ira de Dios. 2Cr 36:16

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

795 - 2Cr 36:16 Sedequías, la ira de Dios. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. El reinado de Sedequías cubre la tercera y última etapa de la narración del cronista sobre los reyes de Judá. Esta última etapa del cautiverio babilónico incluye la destrucción de Jerusalén, el saqueo, incendio del templo, y la deportación del resto de la población, que tuvo lugar en el año décimo primero del reinado de Sedequías (2Cr 36:11-21). El último de los 20 reyes de Judá fue escogido por un idólatra, Nabucodonosor. (2Cr 36:10). Sedequías, también Matanías era hijo de Josías y tío de Joaquín (1Cr 3:15; Jer 1:3). El nombre de Matanías significa "don de Jehová", y fue cambiado a Sedequías, "justicia de Jehová". El cambio realizado por Nabucodonosor del nombre de Sedequías demostraba su autoridad como señor sobre él. Sedequías resultó ser tan malo como sus antecesores. Hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló (2Cr 36:12). La gracia de Dios se mantuvo abierta al rey y a la nación, de tal modo que si se arrepentían, Dios los habría perdonado porque: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lm 3:22-23). Jeremías escribió el libro de lamentaciones para profetizar la destrucción de Jerusalén, sus líderes y habitantes. Solo quedaría un remanente que sería llevado en cautiverio a Babilonia para que dieran testimonio de la palabra enviada por sus mensajeros los profetas y temieran al Dios vivo y verdadero. 1. Los mensajeros de Dios, objetos de escarnio. (2Cr 36:16a). Los líderes (príncipes), y el pueblo de Jerusalén se burlaron de los mensajeros de Dios como Isaías, Jeremías y Ezequíel, que advertían del pecado y sus consecuencias. “Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.” (2Cr 36:15). 2. La palabra de Dios, menospreciada.(2Cr 36:16b). También se burlaron de la palabra enviada por Dios: “Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.” (Jer 35:15). Al igual que Jerusalén muchos, creyentes y no creyentes, han dejado de obedecer la palabra de Dios y buscan otras fuentes sin agua. “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.” (Jer 2:13). 3. Los profetas de Dios, escarnecidos. (2Cr 36:16c). Los profetas fueron burlados, golpeados, apedreados, encarcelados, aserrados sus cuerpos (He 11:36-38). “Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido en cárcel.” (Jer 37:15). Algunos creyentes solo quieren escuchar sermones suaves, agradables al oído y se molestan con los predicadores que los confrontan con la palabra de Dios. (2Ti 3:13; 4:1-4). 4. La ira de Dios. (2Cr 36:16d). Dios había anunciado que vendría juicio por el pecado. “Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás.” (Jer 34:2-3). Dios dijo: “busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.” (Ez 22:30).