769 - Eliseo y el castigo a la avaricia. 2Re 5:15

769 – 2Re 5:15 Eliseo y el castigo a la avaricia. Y volvió al varón de Dios, él y toda su compañía, y se puso delante de él, y dijo: He aquí ahora conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego que recibas algún presente de tu siervo. Eliseo rechazó el dinero de Naamán para mostrar que el favor de Dios no podía comprarse. Nuestro dinero, como el de Naamán, es inútil cuando nos enfrentamos a la muerte. No importa cuánta riqueza acumulemos en esta vida, se evaporará cuando estemos delante de Dios, nuestro Creador. Será nuestra fe en Jesucristo la que nos salvará y no nuestras cuentas bancarias. Pero el siervo de Eliseo, Giezi, cae en la avaricia y es castigado por Dios. “Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia.” (Sal 119:36). I. VENDEDORES DE MILAGROS (2Re 5:15b-16). Naamán en agradecimiento de la sanidad recibida dijo a Eliseo: “Te ruego que recibas algún presente de tu siervo.” El profeta Eliseo respondió: “Vive Jehová, en cuya presencia estoy, que no lo aceptaré. Y le instaba que aceptara alguna cosa, pero él no quiso.” Eliseo no aceptó ningún regalo por la sanidad de Naamán. Estaba claro que el don (regalo) de Dios es gratis y no se debe cobrar ni aceptar regalos al ser usado por Dios a través del don de milagros o sanidades. “No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.” (Ex 23:8) Observamos que Naamán ya no se enoja porque Eliseo no acepta sus regalos. Hoy los auto nombrados “profetas y apóstoles” se afanan con la avaricia por riquezas, lujos, materialismo, ostentación, y entretenimiento religioso. Hoy día profetas como Eliseo y Pablo no los hay. “Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Fil 2:21). Porque “las dádivas corrompen el corazón.” (Ecl 7:7). II. SU EGOÍSTA PROPÓSITO. “Entonces Giezi, criado de Eliseo el varón de Dios, dijo entre sí: He aquí mi señor estorbó a este sirio Naamán, no tomando de su mano las cosas que había traído. Vive Jehová, que correré yo tras él y tomaré de él alguna cosa.” (2Re 5:20). Giezi (valle de visión) tenía el privilegio de ser el siervo del profeta y logro ver muchos milagros del poder de Dios. Pero la tentación, el pecado tocó a la puerta, había una oportunidad sin precedentes para hacerse rico. Al tomar esta decisión reveló una desconfianza pecaminosa hacia Dios. “Raíz de todos los males es el amor al dinero.” (1Ti 6:10). III. El ENGAÑO (2Re 5:21-22). “Y siguió Giezi a Naamán; y cuando vio Naamán que venía corriendo tras él, se bajó del carro para recibirle, y dijo: ¿Va todo bien? Y él dijo: Bien. Mi señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento de plata, y dos vestidos nuevos.” Después que hubo entrado el veneno en su corazón, su primera palabra fue una mentira contra su amo. Ningún siervo de Cristo puede actuar falsamente sin atraer dolor al corazón de Dios. No le quites el trabajo a Satanás el padre de la mentira (Jn 8:44). Resístele. IV. UN APARENTE ÉXITO (2Re 5:23).” Dijo Naamán: Te ruego que tomes dos talentos. Y le insistió, y ató dos talentos de plata en dos bolsas, y dos vestidos nuevos, y lo puso todo a cuestas a dos de sus criados para que lo llevasen delante de él.” Giezi con su plan tuvo un aparente éxito, no obtuvo uno sino dos talentos de plata, y a dos siervos para que le llevaran el botín a su propia casa. “Uff qué buena fortuna” (2Re 5:23). ¿Acaso el eterno fin justifica los medios?¿Es beneficioso ser un hipócrita? ¿Son aquellas bolsas de plata y vestidos hermosos suficiente para expiar el pecado? Estar vestido de púrpura y comer espléndidamente cada día no es el Reino de Dios (Lc 16:19, 23). “El Reino de Dios es justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo” (Ro 14:17). Asaf dijo: “Tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos… Hasta que, entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos” (Sal 73:3-17