726 - Pacto de Dios con David. 2Sa 7:16
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
Kategorier:
726 – 2Sa 7:16 Pacto de Dios con David. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. En 2Samuel 7:1-17 se registra el establecimiento del pacto davídico, la promesa incondicional a David y a su posteridad. Leemos que no se designa aquí como un pacto, es designado como tal más adelante “No es así mi casa para con Dios; sin embargo, Él ha hecho conmigo pacto perpetuo, ordenado en todas las cosas, y será guardado, aunque todavía no haga Él florecer toda mi salvación y mi deseo.” (2Sa 23:5) y también en1Cr 17:1-15 se registran el establecimiento del pacto davídico, la promesa incondicional a David y a su posteridad. Esta promesa es una clave importante para comprender la irrevocable promesa de Dios a un rey del linaje de David para que reinara para siempre (2Sa 7:16). Se ha estimado que hay más de cuarenta pasajes bíblicos individuales directamente relacionados con estos versículos (Sal 89; 110; 132); así, este texto es un punto prominente en el AT. El cumplimiento final tendrá lugar en la segunda venida de Cristo cuando Él establezca su reino milenario sobre la tierra (Ez 37; Zc 14; Ap 19). Este es el cuarto de cinco pactos irrevocables, incondicionales, concertados por Dios. Estos son: 1) el pacto con Noé (Gn 9:8-17); 2) el pacto abrahámico (Gn 12:1-3); 3) el pacto levítico o sacerdotal (Nm 3:1-18). 4) el pacto davídico (2Sa 7:16), y 5) el nuevo pacto, que proveyó la redención (Jer 31:31-34) y fue cumplido mediante la muerte y resurrección de Jesucristo (Mt 26:28). El pacto davídico predice el reinado milenario de Jesucristo, la simiente de David, sobre la tierra algún día y que garantiza a Israel un rey y un reino eterno. I. Tú casa…tu reino…tu trono…para siempre (2Sa 6:17). El pacto promete un rey, un reino, y un trono eterno. Estos tres términos, triada de promesas, se cumplen en Jesús. “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” (Lc 1:32-33). Dios prometió: 1) una casa: una dinastía permanente de descendientes que tendrá su máxima realización en Jesucristo (Mt 1:1); 2) un reino: un reino físico, político (y espiritual) que culminará con el reinado del Mesías (Mt 25:31-46; Ap 20:4-6); 3) un trono: desde donde se ejercerá la autoridad y el poder del gobierno davídico; 4) el reino será para siempre: Nunca le será quitado, ni sustituido por ningún otro reino. “Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Sal 89:3-4). II. Pacto eterno (2Sa 7:16c). “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.” La palabra eternamente comunica la idea de 1) un tiempo indeterminadamente largo, o 2) la eternidad futura. No significa que no pueda haber interrupciones, sino más bien que el resultado está garantizado. El reinado davídico de Cristo llevará la historia humana a su conclusión conocido como el reino milenial. 3) El cumplimiento final del pacto davídico tendrá lugar en la segunda venida de Cristo cuando Él establezca su reino milenario sobre la tierra (Ez 37:1-28; Zc 14:1-21; Ap 20:4-6). Continuará por la eternidad. “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.” (Is 55:3). “Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre.” (Ez 37:25). El pacto eterno también era conocido como un pacto de sal. “¿No sabéis vosotros que Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal?”(2Cr 13:5). Es tomado de Lv 2:13 “Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes,