722 - David lo recuperó todo. 1Sa 30:19

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

722 – 1Sa 30:19 David lo recuperó todo. Y no les faltó cosa alguna, chica ni grande, así de hijos como de hijas, del robo, y de todas las cosas que les habían tomado; todo lo recuperó David. Estamos en un mundo donde cualquier cosa puede suceder. Somos atacados por todos los lados de nuestra vida. Las sorpresas pueden llegar por cualquier lado o momento. A veces una tras otra sin parar. ¿Cómo manejas las crisis o pruebas? ¿A quién consultas? ¿Sigues sumergido en una crisis? La Biblia es el manual por excelencia donde encontramos las pautas, pasos a seguir en los casos cuando nos vemos cayendo en el pozo de la crisis y no sabemos como poder salir. En 1Sa 30 encontramos a David experimentando una tremenda crisis, la última que lo capacitó antes de ser coronado como rey de Israel, que podemos titular: Un tiempo de crisis, de victoria y unidad. I. EL TIEMPO DEL DESFALLECIMIENTO (1Sa 30:1-4). “Llegó, pues, David con los suyos a la ciudad, y se encontró que estaba quemada, y que sus mujeres, sus hijos e hijas, habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que lo acompañaba lloraron a voz en cuello, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.” Hay una mala enseñanza y es el mito de que llorar es símbolo de debilidad o perdida de fe. Llorar es de humano. Las lágrimas las puso Dios con una finalidad, limpiar, expulsar nuestra crisis, dolor, o tristeza. Jesús lloro por Jerusalén. Sabía que sería destruida (Lc 19:41). “Jesús lloró” por su amigo Lázaro que había muerto (Jn 11:35). David lloró a voz en cuello y hasta que le faltaron las fuerzas. El momento del desfallecimiento nos puede llevar al tiempo de la angustia y hace que crezca la crisis. II. EL TIEMPO DE LA ANGUSTIA (1Sa 30:5-6). “Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal, el de Carmel, también habían sido llevadas cautivas. David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues el alma de todo el pueblo estaba llena de amargura, cada uno por sus hijos y por sus hijas; más David se fortaleció en el Señor su Dios.” La angustia es equivalente a ansiedad extrema, miedo, estrés y depresión. ¿Qué hizo Jesús cuando estuvo angustiado en el Getsemaní? Buscó la voluntad de Dios y descanso en Él. Dios respondió la oración y envió un ángel para fortalecer a su Hijo amado. (Lc 22:42-44). “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.”(Ef 6:10). Algunos creyentes se paralizan en los momentos difíciles de angustia. “Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.”(He 12:12-13). III. EL TIEMPO DE LA FORTALEZA (1Sa 30:6c-8). “… mas David se fortaleció en Jehová su Dios. Y dijo al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: “Te ruego que me acerques el efod”. Abiatar acercó el efod a David, y David consultó a Jehová diciendo: –¿Perseguiré a esta banda de salteadores? ¿Los podré alcanzar? Él le dijo: –Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos”. En tiempo de Crisis necesitamos la luz, la dirección, el consejo de Dios y seguir como Moisés que “se sostuvo como viendo al invisible” (He 11:27). Jesucristo afirma: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres... Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad;”(Jn 8:12,32; 16:13). IV. EL TIEMPO DE OBSTÁCULOS (1Sa 30:9-14). “Partió, pues, David, junto a los seiscientos hombres que lo acompañaron, y llegaron hasta el torrente del Besor (frio), donde se quedaron algunos. David siguió adelante con cuatrocientos hombres; pues se quedaron atrás doscientos que, cansados, no pudieron pasar el torrente del Besor (frio). No debemos quedarnos en el arroyo porque ya conseguimos descanso, agua fría para nosotros. ¿Y qué de nuestra familia? ¿Qué se pierda cautiva