719 - David en la cueva de Adulam. 1Sa 22:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

719 – 1Sa 22:1 David en la cueva de Adulam. Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. David por temor a Saúl se fue a Aquis rey de Gat (1Sa 21:10), a territorio filisteo. Este fue quizá el pasaje más oscuro de la experiencia de David. ¡Qué triste espectáculo! ¡El ungido del Señor fingiéndose demente por temor a los hombres! Hasta los mismos ungidos actúan insensatamente cuando ponen su confianza en el brazo de carne en lugar de en el Dios viviente. Tan pronto como David perdió su fe en Dios cambió su manera de comportarse, y “escribía en las portadas de las puertas” como un demente. Un cambio de fe nos conducirá a un cambio de conducta. Luego por miedo del rey Aquís David huyó hasta la cueva de Adulam. La soledad con Dios es mejor que la amistad del mundo. David fue recompensado, porque muchos acudieron a él, los primeros fueron “Sus hermanos y toda la casa de su padre… vinieron allí a él’ (1Sa 22:1). Cristo afirma: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”(Jn 16:33). I. El carácter de los que acudieron a David. “Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu.” (1Sa 22:2a). 1. Los afligidos. La causa de la aflicción no se dice y pudo haber sido por diferentes causas. En todo caso, bajo cualquier opresión busquemos la ayuda del Señor “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1Pe 5:7). Fue la angustia lo que hizo volver en si al hijo pródigo y lo llevó de vuelta al hogar con su padre (Lc 15:17-18). Fue la angustia del peligro de perder la vida que llevó a Elías esconderse en una cueva (1Re 19:1-18). 2. Los endeudados. Se unieron a David: “Todo el que estaba endeudado.” Aquellos en bancarrota tenían un camino de huida a todas sus deudas bajo el gobierno de un Saúl rechazado por Dios. Un acreedor tenía dos deudores uno debía mucho más que el otro. El acreedor perdonó a ambos. Cristo pregunta ¿cuál de ellos le amará más? Simón respondió “Pienso que aquel a quien perdonó más”. Y Cristo respondió: Rectamente has juzgado. (Lc 7:41-43). Cristo rescata a tales pecadores, los que están en bancarrota espiritual, y está dispuesto a asumir sus deudas para siempre. 3. Los que se hallaban en amargura de espíritu. Aquellas almas amargadas por descontento y diferentes circunstancias: vidas sedientas, agitadas e insatisfechas. ¡Ah, cuántos hay azotados por esta plaga! Pero ¡cuán pocos buscan refugio en presencia de Aquel único que puede darles satisfacción! “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.” (Sal 23:5). Alrededor de las cisternas rotas hechas por el mundo multitudes de personas en amargura de espiritu solo hablan de sus pesares y no van al celestial David, la Fuente de Vida (Jer 2:13). Aprendemos de Pablo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” (Fil 4:11). Ana oró fervientemente, dejo la carga a Dios y no estuvo más triste. (1Sa 1:10, 15, 18). II. Por qué acudieron a David. 1. Acudieron porque creían en él. Creían que David era el rey señalado por Dios, y que tenía el derecho a reinar sobre ellos. De hecho, se habían convertido a David. La fe viene por el oír. (Ro 10:17). ¿Hemos creído nosotros así en Jesucristo que “a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores? (1Ti 6:15) 2. Acudieron porque se decidieron por él. No solo oyeron, sino que lo pusieron en practica, siguiendo el camino de sabios (Mt 7:24). Decidirse por Cristo significa separarse del mundo, y llevar su vituperio fuera del campamento (He 13:13). 3. Acudieron porque estaban dispuestos a someterse a él. Lo aceptaban como su rey, se sometieron a él para gloria de su nombre y adelanto de su reino. Los que pretenden hacer a Cristo su Rey sin someterse a Él