711 - Saúl el valiente. 1Sa 11:6
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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711 – 1Sa 11:6 Saúl el valiente. Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Cuando el Espíritu del Señor desciende sobre los hombres, los convierte en expertos, aunque no tengan experiencia. Cuando el celo por la gloria de Dios, y el amor por los hermanos impulsa a los hombres a esfuerzos serios, y cuando Dios se complace en ayudar, rápidamente pueden producirse grandes victorias. El Espíritu de Dios vino sobre Saúl haciendo que surgiera como otro hombre capacitado y con poder como lo hizo con Gedeón y Jefté para acciones valerosas (1Sa 10:9; Jue 6:34; 11:29). 1. Un doloroso mensaje. Los mensajeros llegaron a Guibeá, y contaron como la ciudad de Jabes estaba asediada, y que Nahás el amonita iba a hacer alianza con ellos con la condición de que todos se quitaran el ojo derecho como afrenta sobre todo Israel (1Sa 11:1-4). Nahás significa serpiente, y el sumo enemigo del pueblo de Dios se llama “la serpiente antigua” (Ap 12:9), y todavía anda con astucia maquinando contra el pueblo de Dios (2Co 2:11). No es de extrañarse que el pueblo llorara ante tal humillación. Pero, ¿podrá el pueblo de Dios hacer paz con los enemigos de Dios sin sufrir pérdida? Estas componendas eran contrarias a la Palabra del Señor (Éx 23:32). ¡Cuidado! La serpiente antigua, enemigo de nuestras almas, tratará de hacer pacto con los creyentes para eliminar la visión espiritual y devorarlos (1Pe 5:8). 2. Un llamamiento divino. ”Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder; y él se encendió en ira en gran manera” (1Sa 11:5-6). Un hombre puede estar bajo el poder del Espíritu Santo tanto cuando su alma arde de fogosa indignación como cuando está fundido con entrañable compasión. La fuente de su ira era indudablemente la afrenta amenazada sobre todo Israel (1Sa 11:2). El llamamiento de Dios frecuentemente despierta en el alma el deseo ardiente por la obra de Dios. Observemos el caso de Gedeón (Jue 6:34), de Jefté (Jue 11:29) y de Sansón (Jue 14:6). Creyente te falta fe y valor, predica con esta tu fuerza “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” (Mt 28:18). 3. Un desafío resuelto. “Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros” (1Sa 11:7a). Este fue como un toque de trompeta del cielo para una nación dormida. “Y cayó el temor de Jehová sobre el pueblo.” (1Sa 11:7b). Cuando el creyente actúa bajo la poderosa influencia del Espíritu Santo, las señales le seguirán (Mr 16:17). El hombre de Dios nunca falta cuando llega la crisis nacional. Así fue en los días de Martín Lutero y de Juan Knox. La valentía será señal en el creyente que está siendo llevado por el viento poderoso y recio del Espíritu Santo (Hch 4:13-14). 4. Gran liberación. La convocatoria de Saúl tuvo como respuesta una actitud bien dispuesta y general: “Y salieron como un solo hombre” (1Sa 11:7c). Dios siempre obra por medio del mensaje inspirado del Espíritu Santo. El alivio de Jabés fue a la vez oportuno y misericordioso (1Sa 11:8-11). Fueron liberados de quedar incapacitados para la guerra y llevando sobre sus cuerpos las marcas de una vergonzosa derrota. Que bueno sería que el mensaje de Jesucristo, y a éste crucificado, fuera predicado con tal valentia y poder por toda la tierra, y que el pueblo de Dios viniera “como un solo hombre” al rescate de los oprimidos y para salvación de los que tienen el alma seca. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”(Ro 1:16). 5. Una generosa intervención. Cuando el pueblo propuso que todos los que se oponían al reinado de Saúl fueran muertos (1Sa 10:27): “ Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel.” (1Sa 11:12-13). Los que gozamos de grandes privilegios en manos de Dios debemos mostrar gran generosidad a aquellos que puedan pecar