688 - Débora y Barac, libertadores. Jue 4:9

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

688 – Jue 4:9 Débora y Barac, libertadores. Ella [Débora] dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes. Israel vuelve a repetir el ciclo de caer en la idolatría luego de tener un periodo de paz y Dios los castiga con un nuevo opresor. “Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová. Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años” (Jue 4:1-3). Israel pecó “antes los ojos de Jehová”, y no hay pecado oculto para el omnisciente y omnipresente Dios (Mr 4:22). El pecado nos daña tanto a nosotros como a otros, pero todo pecado primeramente es contra Dios porque no obedecemos sus mandamientos, su autoridad, y soberanía sobre nuestras vidas. Cuando David confesó su pecado oró: "Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos" (Sal 51:4). El reconocer la seriedad del pecado es el primer paso para quitarlo de nuestras vidas. David reconoce que solo Dios puede lavarnos y quitarnos las manchas del pecado: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.”(Sal 51:7). Por lo tanto, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” (1Jn 2:1). 1. Débora profetiza y gobernadora (Jue 4:4-5). “Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.” Al pueblo de Israel clamar, Jehová levantará un libertador. (Jue 4:3). ¡Cuál es, entonces, nuestra sorpresa al igual que el escritor de Jueces, encontrar en Jue 4:4 a una mujer! ¿Por qué una mujer? Cuando los hombres de Dios abandonan por diferentes razones, y una de ellas es la cobardía, para servir en la obra de Dios, el Señor levanta mujeres que hagan su trabajo porque “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”(Gá 3:28). La Biblia registra a varias mujeres virtuosas como Rut (Rut 3:11), y a Débora que fue una mujer excepcional en el liderazgo. ¿Dónde están los varones de Dios? ¿Dónde está el David, el Josué, el Pablo de hoy? Buscadme y me hallareis dice el Señor. Entonces dirán como David: “Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros.”(Sal 18:29). Pablo explica la fuente de su victoria:” Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”(1Co 15:10). 2. Barac, el libertador cobarde (Jue 4:6-9). Dios usa a Débora para llamar a Barac a dar libertad a Israel “Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?” (Jue 4:6-7). Barac con poca valentía y confiando más en el hombre que en Dios, requiere ser acompañado por Débora. “Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.” (Jue 4:8-9). La falta de seguridad y confianza de Barac en Dios hizo que la victoria se la llevara una mujer