679 - El sol se detiene. Jos 10:12
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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679 – Jos 10:12 El sol se detiene. Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. Gabaón se había rendido a Josué en lugar de pelear. Su deserción enfureció al rey amorreo en Jerusalén, quien formó una confederación con cuatro de los reyes amorreos vecinos para atacar a Gabaón. Este fue el primer intento serio de Canaán por resistir. Toda la tierra de Canaán era el don, regalo de Dios para su pueblo Israel, pero fueron lentos en entrar y poseer. Dios estuvo y sigue siempre dispuesto a cumplir su promesa de pelear por nosotros. “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” (Ex 14:14). I. La obra a llevar a cabo. Cinco reyes de los amorreos, con todos sus ejércitos, habían acampado delante de Gabaón, con quienes recientemente Josué había hecho alianza. Ellos le enviaron un mensaje urgente, diciendo: “No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos”. (Jos 10:6). Tan pronto como los gabaonitas se hicieron aliados de Israel, se convirtieron en enemigos de los amorreos. Josué ayuda a sus hermanos más débiles por no unirse en yugo desigual. “¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2Co 6:14). II. El aliento dado. “No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano” (Jos 10:8). Esto dijo el Señor a Josué, cuando éste se preparaba para la batalla. Los que han propuesto en su corazón hacer la voluntad de Dios pueden esperar confiados la ayuda de Dios. Todo depende de la voluntad Dios hacia nuestras actividades, si van a prosperar, o si van a terminar en confusión (Gn 11:4-8). Las promesas de Dios se cumplirán contra los que estorban a su pueblo de gozar el don de la gracia de Dios: “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” (Is 41:13). “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mt 28:20). III. La estrategia de guerra. “Y Josué vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal” (Jos 10:9). Josué no perdió el tiempo. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.” (Col 3:23). “Subir toda la noche” implicó un cierto sacrificio personal, pero las grandes victorias en el Nombre de Dios pocas veces se ganan sin esto. Los que intentan grandes cosas para la obra de Dios saben lo que es estar “una noche y un día como náufrago en alta mar”.(2Co 11:25). IV. Las armas empleadas. 1. La primera fue: La espada del Espíritu. Israel vino al rescate, con Dios dando la victoria “Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda. Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.” (Jos 10:10-11). Los cuatro verbos utilizados (llenó, hirió, siguió, arrojó) indican que Jehová era el sujeto de aquellas acciones, quien conquistaba por medios sobrenaturales la victoria decisiva. Hubo, naturalmente, la espada física, pero nuestras armas no son carnales, sino espirituales y poderosas, para derribar las fortalezas de Satanás. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Ef 6:12). Ellos tuvieron otra arma llamada “grandes piedras desde el cielo”. Dios uso “el granizo reservado para el día de la guerra y de la batalla” (Job 38:22-23). Esta destructora lluvia de grandes piedras eran las saetas del Omnipotente,