678 - El poder del pecado secreto. Jos 7:10-11
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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678 – Jos 7:10-11 El poder del pecado secreto. Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres. Después de una gran victoria puede venir una derrota. La caída de Jericó fue seguida por la caída temporal de Israel. Es muy necesario cuidarnos de los peligros del éxito. Cuando Uzías se fortaleció “su corazón se se enalteció para su ruina” (2Cr 26:16). La semilla del orgullo y de la confianza en sí mismo se siembra frecuentemente en la gozosa pero descuidada hora de la victoria, o entre el peligroso aplauso de los hombres. Sigue habiendo deseos acánicos acechando en el corazón, solo esperando una oportunidad para enriquecerse a sí mismos con las cosas que deben ser totalmente dedicadas a Dios (Jos 6:17). El pecado siempre lleva al fracaso. Perder la comunión con Cristo es perder todo poder para el testimonio para Él. I. El fracaso del creyente. La derrota fue: 1. Inesperada. Dijeron ellos: “No suba todo el pueblo” (Jos 7:3). Israel estaba muy confiado en que lograrían el éxito en la batalla contra Hai, pero su condición espiritual no era aceptable ante Dios. La confianza y el fervor en un obrero cristiano nunca pueden sustituir a la santidad. El poder del creyente no depende de las experiencias pasadas. ¿Es recto tu corazón para con Dios? 2. Completa. “Huyeron delante de los de Hai” (Jos 7:4). ¿Por qué huyeron? Porque el Señor no estaba con ellos. Su fuerza se desvaneció como la de Sansón cuando le cortaron el cabello (Jue 16:19-20). Solo “el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Jn 15:5). Pero si preguntamos: ¿Creéis que Dios está con vosotros? Ellos dirán: Sí. Mirad como nos ayudó en Jericó. Pero el pasado no es el presente. Tenemos que ser cristianos según la santa mente y voluntad de Dios si queremos ser vencedores. 3. Humillante. Josué dijo: “¡Ay, Señor!, ¿que diré?”, (Jos 7:8). El fracaso de Israel atrae deshonra sobre el Dios de Israel. ¡Cómo deberíamos dolernos de nuestros fracasos y humillar nuestras cabezas hasta el polvo, confundidos y avergonzados, diciendo, como Josué, “Oh, Señor, ¿qué diré?”. El que se humilla será exaltado. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo” (1Pe 5:6). 4. Necesaria. Dios dice a Josué: “Levántate; ¿Por qué te postras así sobre tu rostro? Israel ha pecado… ni estaré más con vosotros, si no destruís el anatema de en medio de vosotros…santifica al pueblo” (Jos 7:10-13). Muchos están lamentando su fracaso cuando tienen más necesidad de lamentar su pecado. El Señor no puede usarnos en ocasiones debido a pecados secretos. Dios no puede tener comunión con la injusticia. El anatema tiene que ser quitado o su presencia nos será quitada. Nuestros fracasos deberían también llevarnos a escudriñar la tienda de nuestro corazón. “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.” (Sal 26:2). “El mal perseguirá a los pecadores, Mas los justos serán premiados con el bien.”(Pr 13:21). II. El pecado secreto de Acán. Su historia es muy breve y triste. Cuatro acciones lo incluyen todo. Su 1. Deseo. “Vi… codicié” (Jos 7:21). El pecado muchas veces comienza con una mirada. Eva vio el fruto. Lot vio la llanura bien irrigada (Gn 3:6; 13:10). Acaz vio un altar de ídolos y lo copió (2Re 16:10). Pero el pecado de Acán no solo consistió en ver el oro, quizá no pudo evitarlo; pero lo codició. Amó la ganancia prohibida, hasta el punto en que el deseo hizo mover su mano. Llevemos “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2Co 10:5). 2. Desobediencia. Así como Eva tomó del fruto, Acán “Tomó del anatema” (Jos 7:1). Dios los había advertido que se guardaran en absoluto del anatema (Jos 6:18). Él pecó a sabiendas, no en ignorancia. El hecho de que escondiera lo tomado