674 - Las condiciones del éxito. Jos 1:8
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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674 – Jos 1:8 Las condiciones del éxito. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué fue el sucesor de Moisés como líder de Israel. ¿Cuáles fueron sus cualidades para convertirse en líder de la nación? La más importante: (1) Dios lo nombró (Nm 27:18-23; Dt 31:1-8). (2) Era uno de los únicos dos testigos de las plagas de Egipto, cruzar el mar rojo, y el éxodo. (3) Fue servidor de Moisés por cuarenta años. (4) Nunca se apartaba del tabernáculo de reunión (Ex 32:11). (5) De los doce espías, sólo él y Caleb confiaron en Dios diciendo si podemos conquistar la tierra. Muchas personas piensan que la prosperidad y el éxito provienen de tener poder, contactos personales y un gran deseo de avanzar. Pero la estrategia para el éxito que Dios le enseñó a Josué contradice tales criterios. Le dijo a Josué que para prosperar debía (1) ser fuerte y valiente (4 veces) porque la tarea que le esperaba no era fácil, tenía que derrotar 31 reyes, (2) obedecer la ley de Dios, (3) diariamente leer, estudiar y obedecer la Palabra de Dios. 1. Entender el propósito de Dios. “Jehová habló… diciendo: … levántate y pasa este Jordán” (Jos 1:1-2). Josué no tuvo que decir: “Señor, ¿qué quieres que haga?”. Nunca podía dudar de este llamamiento. El llamado y camino para Josué estaba claro, y consciente de que estaba haciendo la voluntad de Dios. Debemos tener claro nuestro llamamiento como Pablo sino todo lo demás será incierto (Gá 1:1; Ef 1:1). Luego lo que sigue es entender “cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Ro 12:2). 2. La fe en la promesa de Dios. “Yo os he entregado… todo lugar que pise la planta de vuestro pie” (Jos 1:3). Todas las cosas son posibles para los que creen. La tierra tenía que ser reclamada con los pies. Toda promesa reivindicada es una herencia que se nos da. Creed que recibís, y lo tendréis. “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.” (Ap 21:7). 3. La seguridad de la presencia de Dios. “Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (Jos 1:5). Para la fe, esta triple promesa es un legado inagotable. ¿No sabes que Dios mora en vosotros? Su presencia con nosotros significa que todo lo que Él es en Sí mismo para nosotros. “He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días.” (Mt 28:20). “En mi nombre echarán fuera demonios.” (Mr 16:17). Esta seguridad conduce a una actitud valerosa y a la victoria “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.” (Dn 3:17). Es tener fe en el Dios omnipotente. 4. Valor en el Nombre de Dios. “Esfuérzate y sé valiente” (Jos 1:7). Si creemos que Dios está con nosotros, entonces podremos ser valerosos como un león para enfrentarnos a nuestros gigantescos enemigos (1Sa 17:45). ¿Qué es lo que alentó a Elías a enfrentarse a un total de 450 falsos profetas? Mayores obras que éstas haréis si creéis en Él (Jn 14:12-14). “fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.” (Ef 6:10). “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.” (Fil 4:13). Cuatro veces dice Dios a Josué: Esfuerzate y se valiente. No es que Josué no fuera esforzado ni valiente sino que tendría que derrotar a 31 reyes para conquistar la tierra prometida (Jos 12:24). Por lo cual debía perseverar “fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad” (Col 1:11). 5. Fidelidad a las indicaciones de Dios. “No te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra.” (Jos 1:7). La Palabra de Dios tiene que ser para nosotros nuestra única e infalible guía. “En guardarlos hay grande galardón.” (Sal 19:11). El ejemplo de nuestro Señor Jesucristo debería ser el nuestro. ¡Cuán consagrado estaba a las palabras de su Padre! “Las palabras que Yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta” (Jn 14:10).