666 - El santuario único. Dt 12:11
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
Kategorier:
666 – Dt 12:11 El santuario único. Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová. Luego de presentar los principios generales de la relación de Israel con el Señor (Dt 5:1 - 11:32), Moisés pasa a explicar leyes específicas que ayudarían al pueblo a subordinar cada área de la vida de ellos al Señor. Las leyes que establecen el culto de Jehová en el santuario central es una aplicación de los Diez Mandamientos a la vida social, civil y religiosa del pueblo de Israel. El primer versículo de este capítulo sirve como una introducción para todo el Código Deuteronómico (Dt 12:1 – 26:19). El propósito del Código Deuteronómico era asegurar que Israel iba a ser fiel en su adoración a Jehová y mantener su relación con Dios establecida por medio del pacto en el monte Sinaí. Además de las leyes designadas para ayudar a Israel a mantener la adoración exclusiva de Jehová, el Código Deuteronómico tiene muchas leyes humanitarias. Estas leyes reflejan la preocupación deuteronómica por las personas pobres y oprimidas en Israel. Fueron leyes dadas para que Israel las pusiera "por obra en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado" (Dt 12:1). Por otro lado, el templo en el monte Sion, Jerusalén, fue el lugar específico que Dios seleccionó para manifestar su nombre, establecer su residencia en Israel, y declarado el lugar del verdadero culto a Dios. “Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó. Edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.” (Sal 78:68-69). 1. El santuario único. (Dt 12:1-7). La centralización de la adoración de Dios en el templo único exige: 1) La destrucción de los santuarios donde se adoraba a otros dioses “Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar.” (Dt 12:2-3). La exclusividad de Jehová en la vida religiosa de Israel está basada en el primer mandamiento donde Jehová es introducido como el único Dios de Israel “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (Dt 5:7). Al aceptar a Jesucristo como nuestro único Señor y Salvador debemos destruir todos los altares a otros dioses en nuestro corazón para que habite Cristo en todo nuestro corazón. “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (Jn 14:23). 2) Ubicación del santuario único. “sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis.” (Dt 12:5). Después de la destrucción de los santuarios de los cananeos, Dios iba a escoger un lugar especial en Israel y allí colocaría su nombre y viviría con su pueblo. Poner allí su nombre significa manifestar su presencia divina. Jehová iba a establecer su residencia en el templo y allí el pueblo de Israel congregarse. El santuario sería la morada eterna del Señor con su pueblo. Salomón dijo: “Yo, pues, he edificado una casa de morada para ti, y una habitación en que mores para siempre.” (2Cr 6:2). El santuario único del creyente es su propio cuerpo templo del Espíritu Santo: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1Co 3:16). Cuando este templo terrenal, nuestro cuerpo se deshiciere, tenemos un santuario único eterno en los cielos: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.” (2Co 5:1).