664 - Acuérdate de Jehová tu Dios. Dt 8:11

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

664 – Dt 8:11 Acuérdate de Jehová tu Dios. Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy En las épocas de abundancia olvidamos dar gracias a Dios por toda la provisión que ha hecho. Al contrario con frecuencia nos acreditamos nuestra prosperidad y nos volvemos orgullosos de que nuestro arduo trabajo e inteligencia nos hayan enriquecido. Es fácil mantenerse ocupado en la acumulación y en la administración de riquezas y sacar a Dios de nuestras vidas. Debemos siempre recordar de donde proviene lo que poseemos. David enseña: “Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” (1Cr 29:12,14b). Moisés una vez más hace énfasis en que el pueblo debe recordar la fidelidad de Dios, no debían olvidar lo que se les había enseñado sobre todo en los tiempos de prosperidad. Dt 8 enseña no olvidar a Dios por las grandes bendiciones de una vida cristiana. B1. Una vida bendecida por la obediencia (Dt 8:1). “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.” Hay cuatro bendiciones como resultado de la obediencia. 1) Vida: “Para que viváis”. 2) Fertilidad: “Seáis multiplicados”. 3) Progreso: “Entréis’. 4) Posesión: “Poseáis la tierra”. B2. Una vida bajo la guía de Dios. “Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios” (DT 8:2a). Los condujo en la columna de nube y de fuego. La encendida nube era para ellos lo que es para nosotros la Palabra de Dios: espíritu y poder. “El Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad” (Jn 16:13). “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” (Ro 8:14). B3. Una vida de humildad delante de Dios. “Te ha traído Jehová tu Dios… para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.” (Dt 8:2). Nunca escogemos nosotros mismos el camino de la humillación, menguar para que Cristo crezca en nosotros. Por lo cual, Dios usa las pruebas para exponer lo que hay en nuestros corazones, para que seamos bien aprobados o bien condenados delante de Dios (Gn 22:12; He 12:11). “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo” (1Pe 5:7). B4. Una vida sustentada por Dios. “Te sustentó con maná” (Dt 8:3). “Él te sacó agua de la roca del pedernal” (Dt 8:15). Cristo afirma: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre” (Jn 6:35, 51). Cristo no solo salva, sino que además satisface: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil 4:19). B5. Una vida de dependencia de Dios “no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” (Dt 8:3). Versículo usado por Jesús cuando fue tentado en el desierto (Mt 4:4). Lo que sale de la boca de Dios es para ser escuchado con fe. Vivimos por la fe en el Hijo de Dios (Gá 2:20). (porque por fe andamos, no por vista) (2Co 5:7). “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón” (Jer 15:16). “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.”(Jn 6:63). “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” (Jn 6:68). B6. Una vida sin afán ni ansiedad. “Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.” (Dt 8:4). “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (Mt 6:31). Dios: “Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente.” (Sal 145:16).