662 - El gran mandamiento. Dt 6:4-5
Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio
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662 – Dt 6:4-5 El gran mandamiento. Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. El corazón del libro de Deuteronomio se encuentra en el segundo discurso de Moisés (Dt 4:48-28:68). La exhortación de Moisés es que las generaciones sucesivas mantengan la obediencia a las leyes de Dios que aseguran vida y prosperidad. Continuamente Dios a través de Moisés exhortará a la obediencia. “No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.” (Dt 6:16). 1. Una vida feliz y prospera (Dt 6:1-3). Los primeros tres versículos de este capítulo nos dan el secreto de una vida feliz, fructífera y satisfecha. La promesa está condicionada: 1. Debemos poner por obra los mandamientos (Dt 6:1,3). “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” (Stg 1:22). 2. Tener temor de Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos (Dt 6:2). “Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.” (Dt 6:3). 2. Una solemne declaración. (Dt 6:4). “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” (Dt 6:4). Este versículo es llamado “el shema” palabra hebrea que se traduce oye. Es un llamado solemne para adorar a Jehová. La declaración de Dt 6:4 se ha convertido en la confesión judía de fe, recitada dos veces diariamente, junto con Dt 11:13-21 y Nm 15:37-41. “Jehová uno es”. Su significado es que Dios es totalmente único. Sólo Él es Dios. Esta confesión de monoteísmo no excluye a la doctrina bíblica de la Trinidad. La palabra Dios es plural (Ĕlōhîm), sugiriendo la existencia de la Trinidad, y uno es (’eḥād) sugiere la unidad de las personas en la Deidad. 3. El gran mandamiento (Dt 6:5). “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Considerado por Jesús como el primero y mayor mandamiento. El corazón para el judío era considerado el asiento de la mente y la voluntad. Cuando Jesús citó este pasaje en Mt 22:37, Mr 12:30, y Lc 10:27, añadió la palabra “mente”, para resaltar esa actitud. Este mandamiento, combinado con el de amar al prójimo (Lv 19:18), condensa todas las leyes del AT (Mt 22:40). Si el Señor es nuestra prioridad en todo, no habrá lugar ni para el yo ni para el mundo. No habrá lugar para la carne y estaremos seguros de proclamar como Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Fil 1:21). 4. Una responsabilidad voluntaria (Dt 6:6-9). “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;” (Dt 6:6). La ley escrita en el corazón sería una característica esencial del nuevo pacto que vendría más tarde (Jer 31:33). Cuando se ama al Señor, sus palabras serán atesoradas, meditadas, materia de conversación, escritas y vividas. “Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.” (Job 23:12). Los mandamientos debían de ser el tema de conversación tanto adentro como afuera del hogar: “y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Dt 6:7-9). Es la única manera de garantizar una familia piadosa porque “los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados. Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” (2Ti 3:13-15). 5. Advertencia acerca de la prosperidad (Dt 6:10-19). Dios nos recuerda que es nuestro proveedor y que todo lo que poseemos proviene de Él. “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido