661 - Exhortación a la obediencia. Dt 4:1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

661 – Dt 4:1 Exhortación a la obediencia. Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os da. Los estatutos y juicios enseñados por Moisés eran las palabras autoritativas de Dios. Los “yo” de Moisés aquí son enfáticos en hebreo. Él habla en lugar de Dios. Esto lo declara el escritor a los Hebreos “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas”(He 1:1). Este solemne encargo de guardar las palabras de Dios es fuerte, urgente, y vigente para nosotros hoy. En Dt 4:1-9 conseguimos las razones por lo cual debemos obedecer la palabra de Dios. R1. Porque son poderosas (Dt 4:1). La palabra de Dios: 1. Son fuente de vida. “Para que las ejecutéis, y viváis” (Dt 4:1a). El hombre “no vivirá sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Dt 8:3). Jesucristo afirma: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn 6:63). Pedro enseña: “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1Pe 1:23) 2. Aseguran una herencia. “Y entréis y poseáis.” (Dt 4:1b). Es con fe y obedeciendo la palabra de Dios que podemos alcanzar la herencia proveída y ofrecida. “que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” (1Pe 1:5). 3. Satisfacción plena. Es comiéndola que podemos tener gozo y alegría: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tus palabras fueron para Mí un gozo y la alegría de mi corazón.” (Jer 15:16). Cualquier hambriento tiene que comer para sentirse satisfecho. R2. Porque son perfectas (Dt 4:2) “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.” A la palabra de Dios nada se debe 1. Añadir. “No añadiréis a la Palabra.” La Ley (Palabra) del Señor es perfecta. Está acabada. No podemos añadir nada a la completa revelación de Dios (Dt 29:29). Actuamos con orgullo añadiendo a la gracia de Dios al establecer nuestra justicia. “Toda palabra de Dios es limpia. No añadas nada a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso” (Pr 30:5-6). 2. Disminuir. “Ni disminuiréis de ella.” “Y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida” (Ap 22:19). Añadir o disminuir solo dañará el consejo del perfecto Hombre y perfecto Dios, Cristo. R3. Porque son de gran precio (Dt 4:4-9). De gran precio porque son: 1. Fieles. “Vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.” (Dt 4:4). Josué y Caleb confiaron en la Palabra del Señor, y eran testigos vivientes de su fidelidad inconmovible (Nm 26:65). El Cristo viviente es la Palabra eterna. Él no te fallará; no seas infiel. 2. Iluminadoras. “Guardadlos, pues [los estatutos y decretos], porque ésta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos.” (Dt 4:6). “El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Sal 19:7). Apartarse de la palabra de Dios implica caer en el paganismo, como Israel al nivel de las naciones paganas a su alrededor. Si su Palabra no mora en nosotros, también nosotros recaeremos como sal insípida, buenos para nada, como un pámpano sin fruto. 3. Consoladoras. “¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos?”. (Dt 4:7). Israel solo disfrutada de la cercanía de Dios cuando caminaban en obediencia a su Palabra (2Sa 7:23). “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras.” (Sal 145:18). Todos los que han creído son hechos cercanos por medio de la sangre de Cristo (Ef 2:13). Su cercanía es la marca distintiva de todos los que viven en el poder del Espíritu de verdad. Cuanto más seamos como Cristo, tanto más cercano estará Él.