660 - Deuteronomio, segunda ley. Dt 1,1

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

660 – Dt 1:1 Deuteronomio, segunda ley. Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. Deuteronomio es el último libro de la Torá, el Pentateuco, que en griego significa segunda ley. ¿Por qué segunda ley? Porque es la interpretación a la primera ley entregada por Dios en el monte Sinaí. Ahora será interpretada, aplicada a una nueva realidad, y proclamada por Moisés a las nuevas generaciones que nacieron en el desierto, los hijos del desierto, que no cruzaron el mar rojo ni escucharon la ley en el monte Sinaí (Ex 20), y entrarán a la tierra prometida. Serán las últimas palabras de Moisés, un discurso de despedida, de ánimo, para exhortar a estas nuevas generaciones que pueden ser mejores que sus padres. Los judíos llaman a este libro “devarim” que proviene de “Estas son las palabras” (Dt 1:1). En este libro termina la historia de Moisés, último discurso que dará la identidad a Israel, y aún cuando no entró a la tierra prometida sino que la vio de lejos, es un gran final porque “nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel.” (Dt 34:10-12). 1. Importancia de Deuteronomio. Es un libro que trasciende en la historia de Israel más allá de la Torá. Es una ley que describe la esencia de lo que el pueblo de Israel es. Deuteronomio exhorta a la obediencia para ser bendecidos en caso contrario serán castigados por desobedecer la palabra de Dios. Por lo cual, será usado y citado por los profetas para juzgar la conducta de los personajes como jueces, reyes, sacerdotes y el pueblo. Moisés profetiza sobre la venida de Jesús en Dt 18:15-19, y es la única figura con que Cristo se compara a sí mismo (Jn 5:46-47). Cuando preguntan a Jesús cuál es el mandamiento mayor responderá con Dt 6:5. Jesús al ser tentado en el desierto responderá con tres versículos del libro de Deuteronomio (Dt 6:13,16, 8:3). Deuteronomio se le pierde al pueblo judío y será re encontrado en el periodo del rey Josias (2Re 22:8-9; 2Cr 34:15-16). Deuteronomio fue el fundamento para la elaboración de los principios de los derechos humanos proclamados en el siglo 20. A los jueces manda: “Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero.” (Dt 1:16). 2. Propósito de Deuteronomio. Es una especie de contrato entre un rey que es Dios y sus vasallos. Llama a Israel a que recuerde quién es Dios y lo que Él ha hecho, y ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? (Dt 10:12-13). Pide ver de: Las viudas, los huérfanos, y el extranjero: “Porque extranjero fuiste en Egipto” (Dt 10:19). Nos desafía: “Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. (Dt 30:15). 3. Estructura de Deuteronomio. Contiene tres grandes discursos: D1. Primer discurso (Dt 1:1-4:40). Exhorta a la obediencia: “Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que Él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.” (Dt 4:23-24). D2. Segundo discurso (Dt 4:48-28:68). Repite los diez mandamientos en Dt 5:6-21. La exclusividad de Dios como único, el shema: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Dt 6:4-5).