652 - Números, probados en el desierto. Nm 1:1-2

652 – Nm 1:1-2 Números, probados en el desierto. Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el día primero del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. El título “Números” viene de la primera traducción del hebreo al griego para la Septuaginta (LXX) donde se tituló Arithmoi (“Aritmetica, Números”) por los censos y listas de personas presentados en el libro. Hay dos censos uno en Nm 1:46; y otro treinta y ocho años después en Nm 26:51. Los judíos generalmente llaman este libro bemidbar (“En el desierto”), por las primeras palabras en Nm 1:1. La primera generación de Nm 1:46 entrará en el desierto pero quedaran postrados en el, excepto dos Josúe y Caleb. En el desierto es un tiempo de prueba, tiempo de poda para el pueblo de Dios. La generación del segundo censo en Nm 26:51 llamados los hijos del desierto son los que entrarán en la tierra prometida. Algunos creyentes que han sobrevivido a leer la Biblia desde Génesis, Éxodo, Levítico, al llegar a Números la mayoría no continúan leyendo porque caen en el desierto. No obedecieron a Dios, “antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz de Jehová. Por tanto, alzó su mano contra ellos para abatirlos en el desierto” (Sal 106:25-26). 1. Propóstio del libro. Números es un libro de transición, la generación que sale de Egipto entra al desierto y quedan postrados en el, y una nueva generación que nace en el desierto, llamados los hijos del desierto, son los que entrarán a la tierra prometida. Números, registra la tragica historia de la incredulidad de Israel, y debe servir como una lección dramatica para todo el pueblo de Dios. Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Se puede y se debe confiar en Él. Números nos da una ilustración clara de la paciencia de Dios. Una y otra vez detiene el juicio y preserva la nación. Su paciencia tiene un límite, y Su juicio vendrá. Debemos obedecer. El versículo clave enseña la decisión de Dios: “todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.” (Nm 14:22-23). 2. Preparación para entrar al desierto (Nm 1:1-10:10). En esta primera parte se preparan para iniciar el viaje por el desierto, encontramos: El primer censo, la distribución de las tribus alrededor del tabernáculo de reunión, el voto nazareno, la bendición sacerdotal, la consagración de los levitas, la celebración de la pascua, la nube santa y las trompetas de plata. El salmista resume que Dios: “Sacó a su pueblo con gozo; con júbilo a sus escogidos.” (Sal 105:43). El pueblo de Dios lo tiene todo a su favor, fueron liberados, salvados del imperio mundial del momento, Egipto, bautizados al pasar por el mar en seco, discipulados con la palabra de Dios en Éxodo 20, tienen la presencia de Dios móvil con el tabernáculo de reunión, guiados con la columna de nube en el día y la columna de fuego de noche. En Lv 16:30 el perdón de Dios, para mantenerse santificados por Dios. ¿Qué puede salir mal? Adelante, vamos todos entremos al desierto de las pruebas. El salmista resume: “Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo. Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad.” (Sal 106:13-14). 3. Probados en el desierto (Nm 10:11–21:35). Dios “hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarles.” (Sal 78:24-25). Pero Israel cae en un círculo: 1) La rebeldía del pueblo con la incredulidad, la queja, y la murmuración. 2) Clamor, intercesión de Moisés. 3) Perdón y juicio de Dios. Los rebeldes van quedando postrados en el desierto.