650 - Sed santos. Lv 11:45

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

650 – Lv 11:45 Sed santos. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo. La santidad, separación de lo contaminado, es la exigencia para ser hijo de Dios, sacerdotes del Dios Altísimo. Es necesario para que la presencia de Dios esté siempre con nosotros “. Moisés dijo al pueblo de Dios: “Esto es lo que mandó Jehová; hacedlo, y la gloria de Jehová se os aparecerá.”(Lv 9:6). “Y entraron Moisés y Aarón en el tabernáculo de reunión, y salieron y bendijeron al pueblo; y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo. Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.” (Lv 9:23-24). Ciertamente conviene a sus redimidos ser imitadores de Dios como hijos amados (Ef 5:1). Éste es el deseo de su corazón. “Seréis santos, porque Yo soy santo”. No podemos ser seguidores del Santo y complacernos en aquellas cosas que son impuras y abominables a sus ojos. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.“ (Pr 6:16-19). 1. Dios advierte lo que abomina (Lv 11:1-43). “Lo tendréis por inmundo, os serán, pues, abominación”. Otros pueden comer, vivir según la carne con las cosas del mundo pero Dios dice a sus hijos: vosotros sois Mi pueblo, redimidos con Mi sangre, y separados para la gloria de Mi Nombre (Tito 2:14). “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él… porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Ro 8:9,13). Escoge vida o muerte: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a Él; porque Él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.” (Dt 30:19-20). 2. Cómo se diferencian los santos hijos de Dios. El mismo Dios distingue para su pueblo lo que es limpio o inmundo. Los animales limpios son conocidos por sus pies y boca, tienen la pezuña hendida y rumian. Lo que Dios ha purificado, no lo llaman común o inmundo (Hch 10:12-15). Los pies y la boca indican nuestro camino y palabra como evidencia de que somos limpios delante del Señor. Muchos creyentes tienen serios problemas con la “enfermedad de los pies y de la boca”; no se deleitan en caminar el camino de Dios ni en hablar en su Nombre, andan y hablan embriagados con el mundo, “antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” (Ef 5:18-20). “Todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, tendréis en abominación” (Lv 11:20). Todos los tibios que tienen poder para elevarse hacia los lugares celestiales, pero que pasan el tiempo arrastrándose sobre la tierra, están en un estado abominable, y son abominables delante de Dios. “¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” (Ap 3:15-16). “Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra. Nada abominable comerás.” (Dt 14:2-3). Los hijos santos de Dios dotados de las alas de la fe se contaminan cuando se mezclan