648 - El fuego del altar no se apagará. Lv 6:12

Descansando en Dios - En podcast av Francisco Atencio

648 – Lv 6:12 El fuego del altar no se apagará. Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz.     El tabernáculo estaba formado por tres áreas: el atrio, el lugar santo y el lugar santísimo (Ex 25-30; He 9:1-5). El atrio tenía el altar del sacrificio (Ex 26; 40:6; He 13:10-12) representa el fuego de Dios siempre encendido para consumir la carne del pecado, y la fuente de agua, representa la palabra de Dios, donde se lavaba el sacerdote antes de entrar al lugar santo (Ex 30:17-21; Ef 5:25-27). En el  lugar santo estaba la mesa de los panes de la propiciación, representa a Cristo como el pan de vida, el alimento espiritual (Ex 25:23-30; Jn 6:33-35), el candelero, representa la luz de Cristo (Ex 25:31-40; Jn 1:3,9; 8:12), y el altar del incienso, representa las oraciones de los santos mediante el nombre de Jesucristo (Ex 30:1-10; Ro 8:34; He 7;25; Ap 8:3-4). En el lugar santísimo solo estaba el arca del pacto o del testimonio donde se manifestaba la presencia de Dios, hablaba al sacerdote y mediante el sacrificio perdonaba los pecados del sacerdote y del pueblo (Ex 25:10-22; He 4:14-16; 9:11-12). Dios será sacerdote, tabernáculo y sacrificio. 1. El tabernáculo. El tabernáculo representa la morada de la presencia de Dios. Allí iniciaba la vida práctica de todo sacerdote y el pueblo de Dios. Somos sacerdotes de Cristo “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1Pe 2:9;  Ap 1:6; 5:10). En el AT nadie podía ser sacerdote si no venía de la tribu de Levi. Nosotros somos sacerdotes del nuevo linaje que Dios trajo a través de Jesucristo. “Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.” (He 7:14). Hoy el santuario, el tabernáculo de la presencia de Dios se encuentra en nuestro cuerpo ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1Co 3:16; 6:19). 2. El altar del sacrificio. “el holocausto estará sobre el altar toda la noche”. La parte más externa, superficial, visible de adorar a Dios en Levítico son los rituales que están en Lv 1-7 con Lv 23-27. Los rituales en Lv 1-7 son cinco: Holocausto, ofrendas de cereales, ofrenda de paz, ofrendas por el pecado, y sacrificios por la culpa que riman con los rituales de las siete fiestas en Lv 23-27 y son rituales culturales, símbolos que representaban algo que Dios había hecho, o representan una manera de adoración a Dios. “vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”(1Pe 2:5). Es llevar una vida en santidad, que le sirve, adora a Dios, y obedece su Palabra. “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo (antes muerto), santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” (Ro 12:1). 3. El sacrificio. Sobre el altar del sacrificio era colocado el animal o la ofrenda del sacrificio. El sacrificio era por el pecado, tanto del sacerdote como por el pueblo. Este sacrificio debía morir antes. Hoy para nosotros este sacrificio ya lo hizo Cristo, nuestro sustituto, quien murió  por nuestros pecados. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Ro 5:8). El sacrificio que nosotros ofrecemos, no es por el pecado porque ya Cristo lo hizo por nosotros, el creyente debe hacer un sacrificio vivo, andar en santidad, adoración, agradable a Dios (Ro 12:1). También se hacían sobre el altar del sacrificio ofrendas de cereales en agradecimiento, de paz, y por el pecado. “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó